Foto: Cubadebate
Por Roberto Morejón
Cuba tuvo nuevamente presencia en los eventos del ALBA, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, al participar una delegación de alto nivel en la cumbre efectuada en Caracas, en el aniversario 20 de esa iniciativa.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, encabezó la representación de su país en tan importante encuentro, en el que las 10 naciones miembros recordaron la constitución de la Alianza, gracias al paso fundacional dado por los líderes Fidel Castro y Hugo Chávez.
La mayor de las Antillas hizo patente con su asistencia el deseo de no incumplir o estar ausente de cualquier gestión del ALBA, dada su proyección integradora, a favor de la cooperación y la complementariedad.
Como una evidencia de su conexión con las aspiraciones de los pueblos, la cumbre en Venezuela se hizo eco de propuestas del Consejo de Movimientos Sociales.
Los movimientos populares representados en Caracas por más de 80 líderes de cerca de 30 países abogaron por ampliar la solidaridad con los pueblos de Venezuela, Haití y Cuba, ante asedios y coerciones de Estados Unidos.
También en la cumbre de Jefes de Estado y Gobierno del ALBA, se escucharon las voces de solidaridad con Cuba, ante el impacto del recrudecido asedio de Washington y su inclusión en una lista espuria de patrocinadores del terrorismo.
Precisamente, en medio de agudas carencias materiales derivadas sustancialmente de las presiones de la potencia del Norte, los cubanos saludan cualquier invitación a aumentar las ofertas de alimentos.
En ese sentido sobresale que en la cumbre caraqueña se abrió paso la idea de crear el programa Agro-ALBA para la producción de nutrientes en todos los países del bloque.
Hoy, cuando en el mundo prevalecen no pocas tensiones a causas de guerras, amenazas, coerciones y sanciones, resalta que el ALBA se mantiene activo e incluso aboga por fomentar la conexión aérea y marítima de sus países.
Como señalara el presidente Díaz-Canel, el ALBA realza su perfil fraterno, solidario, respetuoso, a favor de la unidad, es voz de los sin voz y pone en primer lugar el desarrollo de los pueblos.
La mayor de las Antillas, que ha colaborado con otros miembros del ALBA en materia de salud, educación, construcción, agricultura y formación de recursos humanos, se encuentra en una situación muy difícil, pero seguirá apostando por un escenario tan inclusivo.