Plan Turquino en las montañas de Guamuhaya
Por Roberto Morejón
Los cubanos están urgidos de una elevación de los niveles de producción en el país, incluyendo los campos y en especial en las montañas.
En una coyuntura económica harto difícil, se impone aumentar la disponibilidad de divisas, hoy en precario, a partir de mayores aportes, con énfasis en las zonas de relieve geográfico y en los campos en general.
Dirigentes del gobierno exhortaron a producir más miel, café, azúcar, minerales mediante resortes de nueva acuñación y los existentes en el Plan Turquino, Programa de Desarrollo Integral de las Regiones Montañosas.
Si bien las circunstancias materiales son tensas a causa del bloqueo estadounidense y la inclusión de la mayor de las Antillas en la lista de los que según Washington patrocinan el terrorismo, se inducen alientos para reanimar los campos y en específico las serranías.
Desde allí se aceleró el éxodo hacia las ciudades, mermó el otrora eficaz servicio de salud y los caminos de acceso a los macizos de tierra se erosionaron, sin el mantenimiento oportuno por falta de recursos.
El gobierno diseñó un mercado minorista de insumos en moneda libremente convertible, delineó la reanimación de barrios, comienzan a llegar proyectos de inversión extranjera y se aprueban disposiciones hacia el fomento del autoabastecimiento local.
Sobresale el incremento del acceso a créditos bancarios para la compra de materiales de la construcción, adquisición de semillas e insumos para la producción y la elevación de salarios a quienes laboren en las zonas campestres.
La revitalización del Plan Turquino se enmarca en el fomento de la ruralidad, objetivo para el cual se creó una comisión nacional, con visión particular hacia los 54 municipios vinculados con las montañas.
Se trata de empeños con resultados hoy muy limitados, aunque se persiste en la búsqueda del mejoramiento de las condiciones de vida en las comunidades rurales, con la intención de que los campesinos permanezcan en su terruño y aporten al autoabastecimiento familiar y al de los municipios.
Al cierre de 2024 cuando el país se quedó por debajo de lo planificado en la obtención de tubérculos, hortalizas y azúcar, y a 37 años de instaurado el Plan Turquino se insiste en la inspiración de ese propósito.
Desde los sitios con frecuencia apartados se espera respuesta, como en toda la nación, a los requerimientos de una producción agrícola hoy por debajo de las necesidades.