Imagen: Cubadebbate
Por Roberto Morejón
Con una “tropa” profusa de autotituladas ONG y beligerantes youtubers, Estados Unidos impulsa la manipulación informativa contra Cuba, tanto para desarticular programas en el país caribeño, como con vistas a sembrar el desconcierto, mentir o tergiversar la realidad.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, convocó recientemente a sus compatriotas a defender la integridad de la nación y la verdad del país en las redes sociales.
En efecto, a partir de la formidable expansión de esas plataformas digitales y la televisión en vivo y en directo, la agresión mediática adquirió escalas inusitadas, de la que son blanco, entre otros, Irán, Rusia, Nicaragua, Venezuela y Cuba.
En ese último país, el procedimiento se asocia a la guerra económica inherente al recrudecido bloqueo, causa principal de las agudas carencias materiales y afectaciones de servicios clave que padece la tierra de José Martí.
Agrupaciones de la ultraderecha con el ropaje de Organizaciones No Gubernamentales y otras instituciones, así como influencers participan en una obsesiva cruzada de cuestionamientos de todo lo que ocurre o rodea a la mayor de las Antillas.
Poderosos medios tradicionales como la televisión, radio y prensa escrita compiten con las redes sociales en las polémicas sobre Cuba, en la que según esos órganos nunca ocurre nada positivo.
A mayor bloqueo externo con nuevos impactos en la disponibilidad de recursos en Cuba, se intenta aumentar la irritación de los ciudadanos y lograr el distanciamiento con las autoridades.
Como señalara el primer mandatario de Cuba, en las plataformas digitales se busca confundir al pueblo y tergiversar la realidad circundante.
A favor de esos procedimientos censurables se manifiesta que en Estados Unidos radica el soporte básico de la llamada red de redes y casi todos los cables de fibra óptica conducen hacia ese destino.
Desde aquel país y a través de sus subordinados en las redes, muchos de ellos bien pagados, aumenta la propaganda cuyo propósito es el cambio de régimen.
Grupos dedicados a programas anticubanos reciben financiamiento del departamento de Estado, la USAID, Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos, o la Ned, National Endowment for Democracy.
Cuba se moviliza para enfrentar las campañas de odio en las redes y medios tradicionales, a través de la defensa de su cultura y tratando de divulgar al mundo su verdad.