Joseph Biden y Benjamín Netanyahu
por Guillermo Alvarado
La Casa Blanca informó hace pocas horas que el presidente Joseph Biden habló por teléfono la víspera con el primer ministro sionista, Benjamín Netanyahu, a quién habría urgido a acelerar un cese al fuego en la Franja de Gaza y llegar a un acuerdo con la parte palestina.
Desafortunadamente para el mandatario estadounidense, que está a una semana de terminar su gestión, esto es –como dice el refrán- demasiado tarde y demasiado poco para poner fin al peor genocidio perpetrado durante la primera cuarta parte del siglo XXI.
Haga lo que haga a estas alturas, el presidente estadounidense no podrá evitar que su nombre pase a la historia como cómplice y coautor de los más horrendos crímenes de guerra perpetrados en los últimos tiempos, con el ánimo de exterminar a toda una población a sangre y fuego.
En un futuro próximo, cuando se mencionen los nombres de Biden y Netanyahu, éstos traerán inevitablemente ecos funerarios, como los de Hitler, Goebbels y Himmler, autores de las masacres durante la II Guerra Mundial y, según parece, mentores de la cúpula sionista que ha matado más de 45 mil 500 civiles palestinos, la mayoría mujeres y niños.
¿Pretenderá el todavía ocupante del Despacho Oval que un cese al fuego de última hora, cuando ciudades enteras de la Franja quedaron reducidas a cenizas y en sus escombros hay miles de cadáveres, va a limpiar su nombre y su responsabilidad histórica?
Si acaso tiene esa pretensión, la puede ir abandonando, pues nadie va a olvidar que desde los primeros días del genocidio palestino fue uno de los más activos proveedores de armas de guerra para Israel, mientras le tendió un manto protector ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
No tendrá ninguna gloria si pretende irse de la Casa Blanca con un acuerdo que rezuma sangre bajo el brazo y cuando se escriba la verdadera historia del holocausto palestino, aparecerá como uno de los grandes culpables.
Mientras tanto, todavía es una incógnita cuál será el comportamiento del presidente electo, Donald Trump, respecto al Oriente Medio en general y, en particular hacia el genocidio perpetrado por Tel Aviv en Gaza.
No olvidemos que el magnate es muy cercano al movimiento sionista y sus líderes en Israel y si bien anunció que buscará la paz en esa zona, no hay que hacerse muchas ilusiones porque quizás se refiera a la paz de los camposantos.
No son los únicos culpables en esta tragedia, pues también están las potencias occidentales, en particular la Unión Europea, que ha guardado un bochornoso silencio ante estos graves hechos.
