Brasil avanza con Lula

Editado por María Candela
2025-01-16 08:53:28

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Foto: solvision.cu

Por: Roberto Morejón

Brasil vive la estabilidad asociada al presidente Luiz Inacio Lula Da Silva, aunque su gestión ha encontrado contratiempos, a causa de fenómenos naturales y otros de carácter extremo.

Con un sello contrario al neoliberalismo, con énfasis en planes de impacto social, Brasil disfruta del crecimiento de la economía, declinación del desempleo y reactivación del comercio interno.

Con una reforma fiscal enfilada hacia mayores aportes al fisco de los sectores más favorecidos económicamente, y menos de los más pobres, el gigante sudamericano acopia recursos para apuntalar programas como el de Bolsa Familia.

No obstante, el país debió enfrentar atisbos golpistas, procedentes de sectores simpatizantes del ultraconservador exprimer mandatario Jair Bolsonaro, así como circunstancias naturales adversas y de salud.

Ahora, el estado de Sao Paulo afronta un brote peligroso de dengue, al punto de que las autoridades declararon emergencia sanitaria en más de 20 ciudades, ante el alza de muertos y miles de casos confirmados.

Los reportes sobre el padecimiento se inscriben en un escenario en el que los brasileños aún no se han recuperado de los efectos de incendios, fundamentalmente en la Amazonía, y de inundaciones, en 2024.

Más de 22 millones de hectáreas, la mitad en la selva, se quemaron entre enero y octubre último en incendios forestales, cifra que representa más del doble de los registrados en similar período de 2023.

Los expertos indicaron que el aumento de la deflagración tuvo su origen en la fuerte sequía, la peor de los últimos 75 años, considerada como efecto del cambio climático.

Resultaron preocupantes las secuelas de las llamas en una zona considerada reserva maderable y de agua y asiento de cinco por ciento de todas las especies vegetales y de la fauna de la Tierra.

Brasil aún trata de recuperarse de otro embate, el de las inundaciones en el sureño estado de Río Grande Do Sul a causa de lluvias torrenciales, lo que obligó a un ambicioso plan de reconstrucción.

Téngase en cuenta que las anegaciones castigaron a 2,5 millones de personas, 1,3 millones de viviendas y 2 mil 815 kilómetros de carreteras.

El presidente Lula movilizó recursos federales para asistir a los damnificados e incluso llegó a afirmar en sus viajes a la región que el país haría lo posible por restituir su casa a los que las perdieron.

Como se aprecia, las adversidades naturales y el avance del dengue hacen más compleja la dirección del país, por lo que resulta positivo que a pesar de ello Brasil avanza.



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