Foto: trabajadores.cu
Por: Maritza Gutiérrez
Hoy quiero hablarles sobre un tema que ha generado gran repercusión y daños a la economía cubana: la lista de entidades restringidas impuesta por el gobierno estadounidense, al igual que la espuria lista de paises supuestamente terroristas, desprecian la verdad y la soberanía del país.
Como se ha dicho, el presidente Biden en sus últimas horas en la Casa Oval sacó a Cuba de ambas listas, pero el nuevo inqulino de la Casa Blanca, echó por tierra esas y otras decisiones del presidente saliente.
Cuando hablamos hoy sobre la lista de entidades restringidas, hay que decir que desde noviembre de 2017, cuando se divulgó, más de 30 bancos extranjeros decidieron cortar sus lazos con Cuba, y déjenme decirles que las repercusiones son bastante serias.
La lista, que parece interminable, incluye 231 entidades cubanas y hasta 422 hoteles y alojamientos. Imaginen lo complicado que debe ser para cualquier banco o empresa decidir hacer negocios con la isla cuando saben que hay un riesgo tan alto. La mayoría de las entidades tienen miedo de cruzarse con una de estas organizaciones enlistadas y terminar metidas en problemas. Al final, esto lleva a una especie de confusión generalizada, donde las empresas se sienten intimidadas al interactuar con Cuba, incluso si no tienen ninguna relación directa con Estados Unidos.
Jorge Luis Cepero Aguilar, el coordinador del Departamento de Asuntos Legales de la Cancillería cubana, comentó que, aunque resultó positivo que la administración de Biden eliminara la lista, nunca habría tenido implicación favorable para la Isla, porque el bloqueo estadounidense continúa intacto, afectando no solo a Cuba, también a otros países que podrían querer comerciar con la isla.
Es como si el problema fuera una especie de monstruo de mil cabezas que no deja de crecer. Al final, este tipo de restricciones solo fomentan un aislamiento para quien las impone, y sus impactos se siente cada vez más fuerte, incluso entre sus aliados que también están bajo amenazas de guerra comercial y alzas arancelarias, entre otras.
Es preocupante a la vez ver cómo políticas de otro país pueden tener un efecto tan drástico en la vida cotidiana de los cubanos. ¿Qué pasa, por ejemplo, con las pequeñas empresas que dependen del turismo internacional? Y no hablemos de las oportunidades que se pierden para los emprendedores cubanos que quieren conectar con el mundo. Aquí en el lado más humano de esto, hay personas cuyos sueños se ven frustrados por decisiones tomadas en el despacho de una potencia hegemónica.
Imaginen, por un momento, lo que podría suceder si no existieran estas restricciones, si no existiera el bloqueo, ni listas espurias. Cuba tiene mucho que ofrecer al mundo; su cultura, su gente, su solidaridad, sus bellezas naturales.
El potencial es enorme, pero por décadas una nación imperialista ha estado intentando estrangular a todo un pueblo. Y no dejará de intentarlo. La realidad es que el camino hacia una mejor relación comercial y económica entre Cuba y el resto del mundo se encuentra lleno de obstáculos creados a contrapelo de los reclamos de cientos y millones de personas en el mundo. Y es necesario superarlos.
Así que, mientras reflexionamos sobre este tema, es importante recordar que detrás de esas cifras y listas ilegítimas, hay personas reales, familias y comunidades que buscan un futuro próspero para su país, lo que reafirma la voluntad de trabajar unidos para lograrlo. Y como bien ha declarado Cuba, una vez más, pese a la arremetida del enemigo, venceremos.
Maritza Gutiérrez