Foto: escambra.cu

Por Roberto Morejón

Sin abandonar planes esenciales de la economía y los servicios, los cubanos desplegaron la semana anterior ejercicios considerados cardinales para consolidar la defensa del país, proceso que incumbe a los organismos armados y a la población.

De acuerdo con la concepción perfilada por el líder histórico Fidel Castro, en la mayor de las Antillas incorporan a las rutinas de defensa la participación de los ciudadanos.

Se vislumbra que ellos deben tener un medio, un lugar y una forma de sumarse a respuestas ante un bloqueo, acciones de desgaste, ocupación parcial o invasión de un adversario.

Es así que en el Ejercicio estratégico Bastión 2024, postergado el año anterior por el paso de dos huracanes y el registro de dos sismos, intervinieron desde unidades de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior, hasta obreros, campesinos y estudiantes.

Todos ellos en cada territorio se instruyeron en procedimientos encaminados a perfeccionar la capacidad defensiva del archipiélago caribeño.

Expertos subrayaron el objetivo de elevar el nivel de preparación y cohesión de los órganos de dirección y mando, las tropas y el sistema defensivo territorial.

Adiestrar a las unidades regulares y a la población a fin de enfrentar acciones de potenciales enemigos figuró entre los propósitos de los despliegues de fuerzas.

En el ensayo, también las personas vulnerables, ancianos, mujeres y niños reciben orientaciones de hacia dónde deben dirigirse en caso de amenazas de intervención.

Es justo consignar que el país debió ejecutar los simulacros defensivos en condiciones de austeridad, en virtud de las agudas limitaciones materiales del presente, dado el recrudecimiento del bloqueo estadounidense.

La agresividad del cerco se hace más visible con la asunción de la nueva administración en la Casa Blanca, encabezada por el republicano Donald Trump.

El magnate está asesorado por un grupo de legisladores de origen cubano que no esconden sus ansias de asestarle un golpe definitivo a la mayor de las Antillas y el cambio de régimen.

En Cuba consideran entonces muy apropiado estar listos para la salvaguardia de la nación y alertas en un mundo en tensión, con varios conflictos bélicos y una extrema derecha que no solo en América Latina teje alianzas en contra de países progresistas.

Aprovechar el tiempo de paz es vital para vencer las hostilidades, expresó un alto dirigente cubano y el concepto resulta conveniente para un país que no busca la guerra, sino un clima de sosiego para que las personas puedan trabajar en favor del cumplimiento de los planes económicos.