Verdades necesarias

Editado por Maria Calvo
2025-02-10 07:25:46

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Donald Trump impone aranceles extraordinarios a las importaciones desde México, Canadá y China. Imagen: Infinox

por Guillermo Alvarado

Uno de los motivos que esgrimió el veleidoso presidente de Estados Unidos, Donald Trump para imponer aranceles extraordinarios a las importaciones desde México, Canadá y China fue que, a su juicio, estos países no hacían lo suficiente para frenar el tráfico de fentanilo hacia la potencia norteña.

Como se conoce, este opioide sintético es 50 veces más poderoso que la heroína y 100 veces respecto a la morfina, sin embargo no nació como una droga, sino como un medicamento de uso en los quirófanos para sedar a los pacientes antes de una cirugía.

Su uso ilegal se ha extendido por buena parte del mundo y, para no variar, uno de sus grandes mercados de consumo se encuentra precisamente en Estados Unidos, que ahora quiere convertir esta tragedia en un arma de chantaje en política y comercio internacional.

Al respecto, me llamó la atención y voy a utilizar algunos criterios expuestos en un artículo del periodista chileno Hugo Guzmán en el periódico El Siglo.  Señala el columnista la respuesta que dieron México y China al presidente Trump a propósito de este incidente, que le recuerdan algunas verdades básicas y totalmente oportunas en estos momentos.

Autoridades chinas señalan que es real que en ese país hay fábricas que producen fentanilo como producto farmacéutico, como analgésico y anestésico, lo que está autorizado como tal en la inmensa mayoría de países, incluido Estados Unidos.

Pero, de allí acusar a China, dice el texto de Guzmán, de ser clave en materia prima para producir y consumir ilegalmente esa sustancia, sería como sancionar a los productores de hierro y acero porque la industria militar los usa para fabricar armas destinadas a la guerra.

La nación asiática ha colaborado en materia de lucha antidrogas con Estados Unidos, con notables resultados, señaló la cancillería china, y también se reforzaron los controles respecto a productos vinculados con la fabricación del opioide, pero Estados Unidos no ha tratado el problema con objetividad.

La potencia norteña tiene un grave problema de salud pública por el uso de esa y otras drogas, pero no busca soluciones para rehabilitar a los adictos y educar a los jóvenes,  ni ejerce un control efectivo de sus propias fronteras.

Más precisa fue la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, cuando preguntó ¿dónde están los carteles del narcotráfico estadounidenses que distribuyen el fentanilo en ese país? ¿A dónde van a parar los enormes capitales que esa actividad produce? Estos problemas son responsabilidad de Washington, que no puede acusar a otros de sus propias fallas.



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