Crisis de identidad europea

Editado por María Candela
2025-03-03 11:45:04

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Foto: OkDiario

Por: Guillermo Alvarado

La ríspida discusión y la expulsión de la Casa Blanca del mandamás ucraniano Volodomir Zelensky por el equipo del presidente Donald Trump, metió en una profunda crisis de identidad a la Unión Europea, que hasta ahora navegaba tranquilamente tras la estela de Estados Unidos.

La eventualidad de que Washington deje solo a Kiev, por lo menos hasta que Zelensky abandone el cargo o doble las rodillas y comparta con la potencia norteña sus reservas de tierras raras como pago de la ayuda recibida durante la administración Biden, puso contra la pared a los europeos.

Trump ya dijo que no a dos cosas que para el viejo continente son fundamentales: no a la entrada de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, y no a garantizar la seguridad de Ucrania tras un hipotético fin de las acciones militares.

Recordemos que en el primero de estos casos radica el origen del conflicto bélico. Los europeos han violado todos sus compromisos al incorporar al bloque bélico a países con fronteras muy cercanas a Rusia hasta conseguir que, en defensa de su soberanía, Moscú recurriera a las armas, pues nadie puede ser obligado a tener un frente hostil justo en las puertas de su casa.

Mientras Joseph Biden asumió la mayor parte del costo de la guerra y autorizó el envío a Ucrania de armas sofisticadas, los europeos estuvieron tranquilos, porque todo salía a la medida de sus deseos, pero el arribo de Trump al Despacho Oval cambió muchas cosas y abrió nuevas interrogantes.

Una de ellas es: ¿tendrá la Unión Europea la capacidad militar suficiente como para mantener un suministro regular a Kiev e impedir su derrota?

La respuesta es no, no lo tiene. Durante décadas políticos europeos plantearon la necesidad de crear un ejército propio, pero al final siempre fue más cómodo ponerse bajo el manto protector de la OTAN o, más claro aún, del Pentágono, que tiene 38 bases militares en ese continente, algunas con armas nucleares.

En esta línea van las declaraciones de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, de que “hay que rearmar urgentemente a Europa” y esto implica aumentar el gasto en defensa durante un período largo de tiempo.

Para eso, sin embargo, hay que tener una economía boyante y eso es algo que no existe en el Viejo Continente. La antigua locomotora del bloque integrador, Alemania, está más cerca de requerir ayuda que de poderla ofrecer, tras años de recesión económica y una acelerada fuga de capitales.

No está mejor el resto de sus socios, por lo que es tiempo de que en ese continente se vea hacia adentro y descubra si tiene velas propias, o solo puede seguir a la deriva en el rumbo marcado al otro lado del Atlántico .   



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