Foto: France 24

Por: Roberto Morejón

Cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos amparados por el llamado parole humanitario se unieron al abultado número de migrantes en Estados Unidos, amenazados por las abruptas deportaciones.

La administración de Donald Trump-Elon Musk, embarcada en un colosal programa de recortes de gastos, cierres de entidades y organizaciones humanitarias, oficializó el fin de los permisos para las nacionalidades apuntadas.

De un hachazo cortan un permiso migratorio que ha permitido residir y trabajar al menos por dos años en Estados Unidos a una cifra entre 350 mil y 530 mil cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos.

Quienes se acogieron a esa autorización bajo la administración de Joseph Biden y no han aplicado a otro recurso migratorio, deberán abandonar Estados Unidos antes del 24 de abril o atenerse a las redadas y el encierro.

Los que no encuentren amparo de algún mecanismo, quedarán en los guantes, no de terciopelo, de los agentes del ICE, por sus siglas en inglés, Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, incluso si tuvieran permisos de trabajo.

Para los cubanos representa una situación tan apremiante como incoherente, pues muchos vendieron propiedades y bienes para financiar su viaje.

Lo hicieron espoleados por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense, proceso de apretón de tuercas iniciado por Donald Trump en su primer mandato.

Él complació a la extrema derecha en Miami, y personajes como Marco Rubio y Mauricio Claver-Carone, arquitectos de las decisiones adoptadas entonces en la Casa Blanca.

Las penurias derivadas del robustecimiento del cerco espolearon a miles de cubanos a probar suerte a través del parole, pero Trump y Rubio les han dado un portazo.  

En poco más de dos meses, Rubio encabeza una extensa lista de sanciones a la mayor de las Antillas.

Desde el reingreso de la nación caribeña a la enumeración de países que según la óptica de Washington patrocinan el terrorismo, el  restablecimiento de entidades cubanas restringidas y la reactivación del título III de la Ley Helms-Burton, han sido algunas de las puntas de lanza.

El Departamento norteamericano de Estado suspendió también la licencia para el envío de remesas a una empresa habilitada y endureció el otorgamiento de visas a personas relacionadas con los contratos de trabajo a médicos cubanos en el exterior.

Expertos alertaron que otras están en el horno, en lo que se interpreta como una cruzada macabra para cortar todas las vías de supervivencia de los cubanos.