
Foto: Prensa Latina.
Por: Roberto Morejón
Preocupaciones y denuncias sobre el énfasis de Estados Unidos en el proteccionismo, la deportación de migrantes y los ataques al multilateralismo, ocuparon espacios en la novena cumbre de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en Honduras.
La declaración de Tegucigalpa acogió mediante consenso de 30 países, de los 33 convocados, refrendar el compromiso por el fortalecimiento de la CELAC.
El señalamiento fue considerado loable dados los intentos de algunos personajes y de fuerzas desde el exterior de hacerlo zozobrar, al magnificar los puntos de vista no siempre concordantes.
Pero la CELAC enfila hacia su décima cita cimera bajo la presidencia pro tempore del presidente colombiano, Gustavo Petro, un tenaz defensor de la unidad y la concertación, sobre todo en tiempos tan difíciles, cuando, en su criterio, marchar solos resulta peligroso.
Un concepto que desde el punto de vista de la primera mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, tiene relevancia, “hoy más que nunca”.
Con mesura y claridad, la primera mujer que en México desempeña la presidencia defendió el papel de los migrantes, incluso para la economía de Estados Unidos, y llamó a atender las causas estructurales de la desigualdad que provocan su salida de nuestros pueblos.
Además de subrayar el impacto negativo del proteccionismo y la aplicación de aranceles como herramientas de poder, el brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva llamó a América Latina y el Caribe a hacerse respetar.
Estados Unidos es grande, destacó Lula, tanto económica, militar como tecnológicamente, pero el planeta no depende de ellos, puntualizó.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, denunció el trato hacia los migrantes, la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, como el bloqueo, y enfatizó en la nueva variante de apremio hacia el archipiélago caribeño.
Se refirió a la brutal campaña para abortar la colaboración cubana de salud en más de 50 países, a riesgo, dijo, de afectar a muchas personas.
Más allá de tales puntualizaciones, resaltó el acuerdo contenido en la Declaración de Tegucigalpa de insistir en la plena vigencia de la proclama de los países de América Latina y el Caribe como zona de paz.
Para los analistas resultó llamativa la realización de la cumbre de la CELAC en medio de una situación internacional tensa, por la imposición de la administración Trump de aranceles a decenas de países y la deportación destemplada de migrantes, en condiciones deplorables.
Como señalara la presidenta hondureña, Xiomara Castro, Estados Unidos redibuja su mapa económico sin preguntarse qué pueblos quedan atrás. FIN