Perú, con acentuadas brecha sociales, evoca al Papa

Editado por María Candela
2025-05-13 12:15:11

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Foto: Vida Nueva

Por: Roberto Morejón

“El nuevo Papa es peruano”, reclaman los oriundos del país sudamericano, pues recuerdan con sumo agrado que una parte de la trayectoria pastoral de Robert Prevost transcurrió en aquellas tierras, si bien es estadounidense.

En Chiclayo, donde el hoy Papa León XIV fue obispo, evocan que él siempre estuvo en contacto con las necesidades de esa ciudad capital de la región de Lambayeque, en el noroeste de Perú.

En ese sitio, vía de acceso a zonas arqueológicas, recuerdan a Robert Prevost cuando arribó por primera vez en 1985 y el momento en el que el Sumo Pontífice Francisco lo nombró obispo de Chiclayo en 2015.

Cuentan los peruanos que el hoy Obispo de Roma dedicaba la misma atención a los más necesitados que predicaba constantemente en sus homilías.  

Era la época de la apertura de comedores sociales que creó en varios puntos de la diócesis de Chiclayo, donde todavía hoy más de 250 mil personas de diversos pueblos viven sin agua y son víctimas de enfermedades.

En la periferia de Chiclayo persisten la pobreza y el abandono, reflejo de una realidad palpable en gran parte del Perú, donde del total de niños adolescentes, un millón 359 mil trabajan, lo que representa 16 por ciento de la población de 6 a 17 años.

Estadísticas revelan que en la nación sudamericana la pobreza mostró un descenso en 2024, por primera vez en tres años, aunque se situó en una cota tan alta como 27,6 por ciento.

Como se aprecia, el indicador sigue elevado, considerablemente superior a los reportes previos a la pandemia, pues en general 18 de las 25 regiones peruanas aún no recuperan sus horizontes sociales anteriores a la Covid-19.

No obstante, los políticos y economistas se ufanan de la sostenida alza del Producto Interno Bruto de Perú, si bien el Instituto de Economía advierte que de mantenerse el crecimiento económico anual de tres por ciento, al país le tomaría casi dos décadas retornar a los raseros de pobreza de 2019.

Esos augurios se nutren de la volatilidad del empleo, pues 73 por ciento de los 17 millones de peruanos que trabajan, lo hacen de manera informal.

Ante las inequidades sociales prevalecientes en Perú, muchos recapitulan, sobre todo en Chiclayo, el legado del entonces obispo Robert Prevost, su enfoque práctico y la disposición a asistir a los más vulnerables, más allá de la prédica.   

El pastor que se dedicó también a los migrantes, a la gente humilde, tiene en Chiclayo, Lambayeque y en todo Perú una ola de seguidores.



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