Por: Roberto Morejón
Los encuentros entre dirigentes de Cuba y Francia abrieron las puertas a un diálogo fluido en todas las esferas, a una mayor colaboración y al incremento de las inversiones.
En la visita a La Habana del presidente francés, Francois Hollande, en mayo de 2015, y en la que concluyó su homólogo cubano, Raúl Castro, a París, se fortalecieron los nexos.
El componente económico de las conversaciones en la capital francesa NO fue el único de interés, dadas las perspectivas de cooperación abiertas, pero se puso de relieve.
La nación europea es el duodécimo socio comercial de Cuba y unas 60 empresas operan en el mercado antillano, aunque las cifras deben crecer.
Francia acompañará a Cuba en el camino de profundización de sus lazos con el exterior, según expresó el presidente Hollande, quien consideró que los documentos suscritos en París constituyen una hoja de ruta.
El objetivo de ese cronograma incluye sectores de cooperación como el turismo, transporte, desarrollo de ciudades, energía, agricultura y otros sectores.
Un factor esencial para encaminar los proyectos radica en el tratamiento de la deuda.
Funcionarios de ambos países rubricaron en París acuerdos referidos a esos débitos, el comercio y el establecimiento en La Habana de la Agencia Francesa para el Desarrollo.
El presidente Raúl Castro destacó la firma del convenio bilateral sobre la deuda y reiteró el agradecimiento al gobierno francés por su papel significativo en el logro del histórico acuerdo de renegociación con el Club de París en diciembre pasado.
El reciente convenio suscrito entre ambos gobiernos en ocasión de la visita de Raúl Castro sigue la línea de lo pactado en el Club de París e incentiva al empresariado francés a acceder a las oportunidades de negocio de Cuba.
Hollande transmitió la disposición de llegar más lejos en relación con lo concertado en el Club de París y vislumbró la anulación progresiva de los adeudos en la medida en que Cuba los amortice.
El estadista abogó por la conversión de esas deudas en fondos para reinvertirlos en Cuba.
En opinión de Jean Burelle, presidente de Medef Internacional, Movimiento de Empresas de Francia, los hombres de negocio de su país consideran prioritario desarrollar el comercio y la inversión con Cuba.
Ese interés pudiera canalizarse, entre otras direcciones, hacia la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, al oeste de La Habana.
En la histórica y exitosa visita de Estado del Presidente cubano a Francia se puso de relieve que el futuro de las relaciones es promisorio, pues además se parte de antecedentes importantes.
Como destacó el dignatario, las empresas francesas acompañaron a Cuba en los momentos difíciles y resistieron presiones extraterritoriales derivadas del bloqueo de Estados Unidos.
Francia, dijo, ha sido, es y será un importante socio económico para Cuba.