Por María Josefina Arce.
En enero de 2014 en La Habana la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, declaró a la región como una zona de paz y en consonancia ha venido trabajando para hallar una solución negociada a los conflictos y garantizar la estabilidad y seguridad de sus habitantes.
De ahí que se haya mostrado totalmente dispuesta a verificar el proceso de paz en Colombia, cuyas negociaciones tienen lugar en La Habana desde 2012 entre el gobierno colombiano y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias-Ejército del Pueblo.
Un comunicado de las fuerzas insurgentes enfatiza que :“Al aceptar este servicio altruista y de humanidad que busca propiciar el fin de una prolongada guerra, reafirman las jefas y jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe, (...) que la terminación del conflicto en Colombia beneficiará a toda la región".
La CELAC formará parte de la misión política de ONU que verificará un eventual fin del conflicto en Colombia que durante seis décadas ha desangrado al país, provocando numerosas víctimas y miles de desplazados.
En la reciente cumbre del mecanismo integracionista que tuvo lugar en Ecuador los 33 países miembros ratificaron su compromiso de apoyar las conversaciones de paz en Colombia, tema que centró la atención de la magna cita.
Los jefes de estado y de gobierno aseguraron que habían recibido con beneplácito los avances de las negociaciones para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, incluido un acuerdo sobre el cese al fuego y de hostilidades bilateral y la dejación de armas.
Su participación en esta misión política reafirma que la CELAC está llamada a consolidarse como un escenario de concertación política
y que es capaz de coordinar acciones en favor de la resolución de los conflictos de la zona.
El mantenimiento de la paz regional para avanzar en un desarrollo socioeconómico sostenible e inclusivo es crucial para el bloque integracionista, que también se ha pronunciado a favor del reclamo argentino de soberanía de las Islas Malvinas, ocupadas desde 1833 por Gran Bretaña que se ha dado a la tarea de militarizar esa zona del Atlántico Sur.
El cierre de la ilegal cárcel que mantiene Estados Unidos en la base naval de Guantánamo es otro reclamo de la CELAC, que se ha pronunciado enfáticamente sobre la devolución a Cuba de ese territorio del oriente del país, ocupado en contra de la voluntad del gobierno y pueblo.
Esta joven comunidad ha dejado bien claro desde su conformación en 2011 en Caracas que trabajará arduamente por mantener la integridad y seguridad de todos sus pueblos, pues como afirmara el presidente cubano, Raúl Castro, “La paz (...) es un bien supremo y anhelo legítimo de todos los pueblos, y su preservación es un elemento sustancial de la integración de América Latina y el Caribe...”
