Por: Guillermo Alvarado
Cuando faltan pocos días para el referendo del 21 de febrero que decidirá si el presidente de Bolivia, Evo Morales, y su vicepresidente, Álvaro García Linera, pueden postularse una vez más para su cargo, el jefe de Estado reiteró su confianza en que se impondrá el SÍ, a pesar de la campaña sucia de la derecha en su contra.
Vamos a ganar esta votación, dijo Morales, y afirmó que los opositores adelantan una denuncia sobre supuesto fraude en la consulta popular en su afán por impedir la continuación de las transformaciones que devolvieron la dignidad y la estabilidad a la nación andina, tras décadas de gobiernos corruptos y neoliberales que entregaron a manos extranjeras las principales riquezas del país.
Recordó el primer mandatario que, en una década, su ejecutivo hizo más que los anteriores en 180 años. Entre los principales logros figuran la recuperación de las reservas monetarias internacionales, el crecimiento sostenido de la economía, incluso en medio de una crisis financiera global, la reducción de la pobreza, la nacionalización de los hidrocarburos y la eliminación del analfabetismo.
Una oposición obtusa, manejada desde fuera de Bolivia con el apoyo de entidades norteamericanas ampliamente conocidas por su injerencia en asuntos internos de otros países, se resiste a reconocer estos méritos del gobierno de Morales y levanta campañas difamatorias con el apoyo incondicional de algunos medios de comunicación, la mayoría en manos de empresarios y sectores de la derecha, que tratan de sembrar la incertidumbre entre los ciudadanos.
Una maniobra de determinados diarios es la publicación de encuestas manipuladas, como una aparecida la víspera que ofrecía tendencias “nacionales” adversas al SÍ en la intención de voto, tras interrogar apenas a 600 personas en un país de más de 10 millones de habitantes.
Por otra parte, medios informativos dentro y fuera de Bolivia dan amplia cobertura a acusaciones directas contra Evo Morales encabezadas por el periodista opositor Carlos Valverde. Al respecto el gobernante aseguró que hay pruebas de que el pasado 11 de diciembre Valverde se reunió con tres diplomáticos de Estados Unidos en la ciudad de Santa Cruz.
Aclaró también que en un caso de corrupción detectado en el Fondo Indígena, en cuanto el ejecutivo conoció las anomalías decidió intervenir esa entidad, se investigó la conducta de más de 400 funcionarios y 29 fueron puestos en manos de la justicia.
Durante un acto de cierre de campaña por el SÍ, Morales señaló que su partido, el Movimiento al Socialismo, cumplió con las promesas hechas cuando inició su mandato: refundar Bolivia y recuperar los recursos naturales que fueron privatizados por gobiernos anteriores.
Ahora la apuesta es continuar las transformaciones con un plan estratégico que alcanza hasta el 2020 con inversiones multimillonarias, en particular en el sector de la energía, para convertir al país en el principal exportador de electricidad del sur de nuestro continente y consolidar todo su potencial humano y económico.
