Por: Roberto Morejón
Los acuerdos adoptados entre los gobiernos de Cuba y Rusia en los últimos años reafirman la participación creciente y efectiva de ese último país en los planes del archipiélago caribeño para avanzar hacia el socialismo sostenible y próspero.
La firma de nuevos documentos en los campos de la biotecnología y farmacéutica y la aplicación de un crédito para mejorar la infraestructura energética cubana, constituyen las más recientes noticias sobre los nexos bilaterales.
Cuatro Memorándum de Entendimiento suscritos en La Habana por representantes de Cuba y Rusia comprenden proyectos en las ramas de la oncología y la bioinformática.
La aplicación en Rusia de avances cubanos en terapias contra el cáncer y del Heberprot-P, contra el pie diabético, así como el otorgamiento de licencias de propiedad intelectual abarcan la creciente cooperación entre La Habana y Moscú.
También en la esfera de la energía se manifiestan coincidencias importantes.
Así se ilustra con la concesión de un crédito de Rusia a Cuba por el equivalente de mil 300 millones de dólares para sumar 800 megawatts a su sistema electroenergético entre 2022 y 2024.
El proyecto entrará en vigor en abril próximo y contempla la construcción de cuatro nuevas unidades generadoras en la termoeléctrica de Mariel, donde se asienta la Zona Especial de Desarrollo, y en la del Este de La Habana.
El acuerdo tiene como singularidad que el combustible ahorrado a partir de las modernas unidades generadoras será exportado y vendido para compensar el crédito otorgado por Rusia.
A fines del año pasado, Rusia concedió a Cuba un crédito para la modernización de la planta metalúrgica de acero José Martí, en La Habana.
Debemos recordar que ese país condonó en 2014 el 90 por ciento de una deuda de Cuba de 35 mil millones de dólares que databa de los tiempos de la extinta Unión Soviética y el 10 por ciento restante el país antillano la reembolsará en un plazo de 10 años.
El monto se deposita en cuentas específicas para que Rusia lo reinvierta en la economía cubana.
Las líneas crediticias de Rusia y el tratamiento a la deuda acumulada por Cuba se han concretado en tiempos difíciles para aquel país, sometido a sanciones económicas de Occidente a causa de su papel en Ucrania.
Directivos rusos subrayaron que no hay límites para la cooperación con Cuba y que se mantiene el interés de modernizar los equipos y técnica suministrados en la época soviética, además de colaborar en ramas como el cosmos y la aviación.
Si además se recuerda que los estudiantes cubanos regresaron a las aulas de las universidades rusas, entonces se podrá tener una apreciación más certera sobre la profundización de los nexos, proceso al que contribuyó el intercambio de visitas al más alto nivel.
