Por: María Josefina Arce
Para los próximos días está previsto que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, viaje al Sahara Occidental, uno de los territorios que todavía hoy padece la ocupación de las fuerzas de Marruecos, en contra del derecho del pueblo saharaui a vivir libre y soberano en su tierra.
El conflicto del Sahara occidental se remonta al año 1975, cuando Marruecos invadió militarmente el territorio aprovechando la irresponsable retirada de España de su último enclave colonial en África.
Bombardeos, represiones y privación de sus derechos padecen los saharauis, que esperan desde hace décadas por la celebración de un referendo sobre el estatus de ese territorio, saboteado por Marruecos.
La pretendida soberanía marroquí no es reconocida ni por las Naciones Unidas ni por ningún país del mundo, que consideran que su ocupación es una total violación del derecho internacional.
A lo largo de estos años múltiples han sido las resoluciones en contra de la invasión del Sahara, uno de los diecisiete territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización de la ONU.
Sin embargo, la realidad es que persiste una situación de colonialismo que exige un real compromiso de los organismos internacionales.
Ahora Marruecos también ha intentado retrasar el viaje de Ban Ki Moon hasta julio venidero, para impedir que el parte del secretario general de la ONU sobre su visita sea añadido al informe sobre el Sahara Occidental que deberá ser presentado en abril próximo ante el Consejo de Seguridad.
De hecho Ban Ko Moon no podrá incluir en su periplo los territorios ocupados por Marruecos, solo la zona liberada por el Frente Polisario.
En medio de esta situación se constituyó hace ya 40 años la República Árabe Saharaui Democrática, que en la actualidad es reconocida por más de 80 naciones, entre ellas muchas de América Latina y el Caribe.
Otro de los logros diplomáticos de este joven estado es la inclusión como estado miembro en la Unión Africana.
La República Árabe Saharaui Democrática también tiene significativos avances en el plano social, gracias a su esfuerzo y a la ayuda solidaria de varias naciones, entre ellas Cuba. De hecho más del noventa por ciento de los niños van a la escuela.
Ojalá el venidero recorrido del dirigente de la ONU por la región pueda aportar resultados positivos para desbloquear la actual situación en el Sahara Occidental, última colonia en el continente africano y donde a pesar de la represión un pueblo lucha por el derecho a vivir libre y soberano en su tierra.