Por: Roberto Morejón
El banco de los BRICS, grupo formado por Rusia, China, Brasil, Sudáfrica e India, comenzó a utilizar yuanes y busca una posición sólida para que esos países con economías emergentes sostengan su desarrollo, al margen de organismos crediticios del gran capital.
Con las primeras operaciones en la moneda del gigante asiático, el banco del BRICS eludió emplear dólares estadounidenses y se propone avalar fondos para financiar proyectos de infraestructura de los socios del bloque.
El nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS pretende una autonomía al margen de las instituciones al uso, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, habituados a préstamos bajo condiciones onerosas o, al menos, incómodas.
La institución financiera con sede en la ciudad china de Shanghai surge con una aureola esperanzadora, aun cuando es innegable que los socios del BRICS atraviesan por dificultades.
La caída de los precios de las materias primas, en primer lugar el petróleo, afectó sensiblemente la economía de Rusia como gran exportador, y también de Brasil, incipiente vendedor.
Las dificultades económicas de ese último país y la crisis provocada por la derecha política, el poder mediático y estamentos judiciales, obstaculizan los esfuerzos de la presidenta Dilma Rousseff por retomar el crecimiento del Producto Interno Bruto.
Rusia, además, debió reorientar sus lazos económicos hacia China y países del Sur para contrarrestar el efecto de las sanciones de Occidente por su papel en la crisis de Ucrania.
En relación con el petróleo, también se manifiesta un intento de manipular el mercado para servir a objetivos geopolíticos, sobre todo de Estados Unidos.
Para hacerle frente al auge de China y lograr la autonomía energética, el país norteño impulsó el método de la fractura hidráulica, o fracking, que le permite aumentar la extracción de crudo con menos costos y desestabilizar a otros productores.
El BRICS no puede estar ajeno asimismo a los recortes de crecimiento del Producto Interno Bruto de China.
Si bien el gigante asiático mantiene alzas de ese indicador por encima de seis por ciento anual, ahora compra menos a otros países, entre ellos los latinoamericanos, al volcarse hacia el mercado interno.
Sin dudas, las economías de las naciones integrantes del grupo BRICS no tienen el mismo esplendor de hace tres años.
Sin embargo, el surgimiento del nuevo Banco de Desarrollo y el inicio de operaciones en yuanes, le permite al bloque buscar emancipación financiera y crear un soporte para atender proyectos esenciales.
Con el BRICS habrá que contar aún en circunstancias menos propicias, porque sus integrantes tienen una fórmula muy flexible de alianza y les une la búsqueda de un poder multilateral más compartido.