Por: Roberto Morejón
Para ejercer su papel como organismo de consulta, concertación y cooperación, la AEC, Asociación de Estados del Caribe, examina en su cumbre en La Habana importantes asuntos regionales, entre ellos las dificultades para establecer conexiones aéreas sostenibles.
Junto a los peligros latentes por los efectos del cambio climático y los cataclismos naturales, las naciones pertenecientes a la Asociación afrontaron históricamente conflictos para enlazarse por vía aérea.
Si bien los Estados insulares son los más castigados por la fragilidad de las líneas aéreas existentes, el problema también está presente en Centroamérica.
Los países del istmo consideran al turismo una fuente segura de ingresos en divisas, pero analizan desde hace tiempo los inconvenientes para atraer visitantes extranjeros.
América Central carece de una oferta de paquetes que engloben varios destinos y sea cómodo para los potenciales vacacionistas recorrer dos o más países por una suma atractiva, que incluya boleto, permanencia y transporte interno.
Entre otros factores que inciden en las elevadas tarifas en la zona figuran las políticas fiscales de cada país y los aranceles fijados a las líneas aéreas.
Representantes de la región admiten que resta un largo camino para para atraer más turistas de Asia, Europa, Norteamérica y Sudamérica.
En el Caribe de mayoría anglófona, las circunstancias son más desventajosas aún.
Hablamos de uno los espacios aéreos más solicitados en relación con su número de habitantes por la diversidad de los parajes exóticos, el clima apropiado y la seguridad ciudadana, ideales para el asueto.
Sin embargo, el Caribe carece de conexiones aéreas permanentes de utilidad para la integración regional y el eventual turismo multidestino.
Las autoridades del ramo destacan la existencia de compañías pequeñas, públicas o privadas, con redes restringidas y aeronaves de poca capacidad, sin la cobertura técnica adecuada para el aseguramiento del servicio.
Es más fácil volar desde Europa hacia una de las islas, pero no lo es si el visitante desea recorrer Estados caribeños vecinos.
El tema del transporte intrarregional en Centroamérica y el Caribe insular y el que conecte a ambas áreas geográficas está presente en la séptima cumbre de la AEC, fundada en Cartagena de Indias, Colombia, en 1994.
Los delegados tienen el reto de diseñar instrumentos y mecanismos para mejorar la eficiencia de la interconexión aérea y marítima del Gran Caribe junto al análisis de otros asuntos cardinales.
En un futuro pudiera dejar de ser una quimera un destino turístico compartido, por ejemplo, entre Acapulco, en México, Granada, en Nicaragua, Montego Bay, en Jamaica, y Varadero, Cuba.