Cuando Washington ordenó a Luis Almagro ejecutar su más reciente misión contra Venezuela no imaginó que tropezaría hasta sucumbir.   

Incluso un periódico tan a la derecha, como el Nuevo Herald, con sede en Miami, sintetiza lo que va aconteciendo.

Para ello acude a la firma de un agente de Estados Unidos en la región que venden como periodista, Andrés Oppenheimer.

Este miércoles publicó un artículo, “¿Argentina protege a Venezuela?” donde lamenta esa controvertida tendencia.

Dice que Buenos Aires asoma una resolución para descarrilar la propuesta del Secretario General de la OEA sobre Venezuela.

Agrega que esta última necesita la acción de esa entidad  regional y no más comisiones mediadoras “cercanas al presidente Nicolás Maduro”.

O sea, que de acuerdo al agente Oppenheimer, el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero es un cómplice del actual gobierno venezolano.

Igual piensa del ex presidente dominicano Leonel Fernández y del panameño Martin Torrijos.  

Una periodista de la Associated Press (AP), Susan Walsh, comentó que el señor Luis Almagro convocó a un debate sobre la violación del estado de derecho en Venezuela.

Luego ella escribió: “¡Qué vergüenza! La histórica decisión del Secretario General de la OEA de convocar a ese debate pretende ser descarrilado por un grupo de países supuestamente favorables a la democracia que están ayudando a comprar tiempo al régimen venezolano”.

En opinión de la señora Walsh,  ¿qué hay en la trastienda de tal comportamiento?

Según ella la necesidad argentina  de tener a Caracas a su lado cuando busca el respaldo de Venezuela (miembro del Consejo de Seguridad de la ONU) con relación a su candidatura a la Secretaría de ese organismo mundial.

Observadores hacen notar que ni siquiera la canciller del régimen ultraderechista de Buenos Aires, Susana Malcorra, se atrevió a unirse a la solicitud formulada por Almagro de aplicar la Carta Democrática a esa nación suramericana.

Ella fue entrevistada por el agente de Washington, Oppenheimer, a quien sorprendió diciéndole que “no están dadas las condiciones” para aplicar la Carta Democrática de la OEA a Venezuela.

Al momento de escribir esta columna, añade, la oposición venezolana consideraba suscribir el punto de vista de Zapatero, ya que, no hacerlo “podría dar al régimen de Maduro “una gran victoria propagandística”.

Dicho más clara y concretamente, admiten implícitamente que este miércoles sufrieron otro chasco diplomático.

¿Una prueba? La reacción del agente Andrés  Oppenheimer cuando llegó tan lejos como a escribir:

“La resolución patrocinada por Argentina es un caso típico de hipocresía política.

“Uno no puede decir que apoya la democracia en Venezuela y al mismo tiempo demorar los esfuerzos de Almagro para presionarla”.

Y puntualiza, se negaron el miércoles a respaldar al jefe de la OEA “en su cara a cara con el gobierno venezolano.”

Después el puntillazo: Aliados de Caracas bloquearon  toda moción que se pareciera remotamente al llamado de Luis Almagro para que Maduro llegue a perder el poder.

Escrito por  Nicanor León Cotayo