por Guillermo Alvarado
Mientras La Habana es el digno escenario de la Séptima Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, donde se discutirán importantes temas para el desarrollo y la seguridad de esta región, otros altos funcionarios cubanos realizan intensas y exitosas labores político-diplomáticas en diversas áreas del planeta.
La cita caribeña deja como legado destacados acuerdos y programas en cuestiones como el transporte entre los países, hasta ahora un obstáculo para acelerar el crecimiento económico de pequeños estados insulares, además de la cooperación en sus más variadas características y el enfrentamiento a la amenaza común del calentamiento global y los fenómenos naturales.
En todos ellos Cuba juega un papel destacado por su avance y su disposición de compartir con los pueblos hermanos sus experiencias y conocimientos acumulados a lo largo de décadas de Revolución, donde el ser humano es el centro de todas las atenciones y cuidados.
Al mismo tiempo, el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, realiza una fructífera gira por varios países del noreste europeo y Asia, un periplo que ha servido para fortalecer los vínculos de la nación antillana con gobiernos de esas regiones.
El alto funcionario inició su viaje por Belarus, donde fue recibido por el presidente Alexandr Lukashenko, quien le reiteró la voluntad de mantener y profundizar la cooperación con Cuba.
El gobernante europeo saludó la modernización de la economía cubana y acotó que ambas naciones cimentaron una amplia base jurídica con acuerdos estatales que facilitan el auge de la cooperación.
De Belarus, el primer vicepresidente cubano viajó a la Federación Rusa, en una visita calificada de exitosa y durante la cual pudo constatar el excelente estado de los históricos vínculos de amistad.
Allí fue recibido por el presidente Vladimir Putin, con quien pasó revista a las relaciones mutuas y se puso en primer plano la participación de Rusia en el Programa de Desarrollo Económico y Social de Cuba en los próximos años.
Díaz-Canel fue recibido, entre otros, por el primer ministro, Dmitri Medvédev, la presidenta del Senado, Valentina Matvienko y el Secretario General del Partido Comunista, Guennadi Ziugánov.
Finalizado el intenso y prolongado programa, el dirigente cubano se encaminó a Japón, donde también se entrevistó con las más altas autoridades y visitó lugares emblemáticos, como la ciudad mártir de Hiroshima.
A la vez, el ministro de Agricultura de Cuba, Gustavo Rodríguez Rollero, realiza una visita oficial a Estados Unidos, donde ya sostuvo encuentros con el subsecretario del ramo, Michael Scuse, y con la secretaria de Comercio, Penny Pritzker.
Se trata de una intensa actividad político-diplomática que demuestra, una vez más, cómo Cuba, un pequeño país del Caribe, se inserta de una manera dinámica en la comunidad internacional, donde disfruta de amplio respeto y consideración gracias, sobre todo a su indoblegable resistencia y su marcada solidaridad.