Por: Roberto Morejón
En una reunión cumbre organizada excelentemente por Cuba, la AEC, Asociación de Estados del Caribe, prosiguió la revitalización de ese mecanismo iniciada cuatro años atrás, esencial para fortalecer la cooperación.
La séptima cumbre de la AEC reafirmó la importancia de ese foro regional como espacio de consulta, concertación y cooperación para Estados que por la herencia colonial buscaron históricamente vías de desarrollo unilaterales.
Entre los aciertos del exitoso encuentro sobresale que prevalecieron la concordia y el consenso tras un debate enjundioso.
La anuencia sobre diversos asuntos arrojó entre otros resultados impulsar la unidad para afrontar problemas comunes como los efectos del cambio climático, las dificultades del transporte y el impacto de la crisis financiera global.
Llamó la atención que la armonía descollara en la cita de mayor participación de Jefes de Estado y Gobierno y representantes a nivel ministerial.
Como señalara la entidad coordinadora de la Asociación, esta última demostró voluntad tanto para fortalecer la cooperación como la sinergia política.
Para coincidir con esa afirmación basta leer el alcance del comunicado especial sobre Venezuela, de respaldo unánime a los esfuerzos de diálogo en la nación bolivariana.
El consenso de los países con costas hacia el Caribe tiene ribetes singulares por ver la luz después de un frustrado intento del secretario general de la OEA, Luis Almagro, de abocar a Venezuela hacia una intervención extranjera.
En referencia a Cuba, la Asociación de Estados del Caribe subrayó su demanda por el cese del bloqueo de Estados Unidos y la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la base de Guantánamo.
Al mirar hacia los problemas económicos de la región, la séptima cumbre de la Asociación de Estados del Caribe hizo hincapié en procurar un turismo sostenible, NO competitivo, y si fuera posible a partir del multidestino.
Igualmente, ratificó el imperativo de priorizar el enfoque de gestión integral ante el riesgo de desastres y reducir las vulnerabilidades, ya evidentes, a causa del impacto del cambio climático.
Además, creó instancias para continuar el análisis de fórmulas viables hacia el aumento del comercio y la conectividad aérea y marítima, hoy incapaces de impulsar mayores intercambios.
Entre las decisiones más elogiadas sobresale la designación de una mujer, la embajadora June Soomer, de Santa Lucía, como nueva secretaria general de la AEC, para reemplazar en agosto al historiador colombiano Alfonso Múnera, elogiado por su gestión.
Como señalara el presidente cubano Raúl Castro, la AEC debe avanzar en defensa de los intereses de nuestros pueblos y el ejercicio de la soberanía y la autodeterminación, sin injerencia externa.