Por: Guillermo Alvarado

La ausencia de la llamada Mesa de la Unidad Democrática, MUD, a la convocatoria de diálogo entre el gobierno de Venezuela y la oposición revela que está última está apostando más por incrementar la confrontación en la Patria de Bolivar, que en lograr una solución negociada a la crisis en ese país.

Como se sabe, una comisión de la Unión de Naciones Sudamericanas, Unasur, adelanta labores para promover un entendimiento entre las partes, pero ha chocado con la conducta intransigente de los sectores que pretenden deponer al presidente Nicolás Maduro y restaurar el neoliberalismo.

Como parte del grupo figuran el expresidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero; de Panamá, Martín Torrijos; y de República Dominicana, Leonel Fernández, quienes lamentaron la ausencia de la MUD en la mesa de conversaciones y la invitaron a reincorporarse lo más rápido posible para impulsar la única vía real de superar los problemas.

Hay otra comisión de Unasur que analiza la situación económica del país, con especial atención en el desabastecimiento de productos indispensables, la reactivación del crecimiento económico y otros indicadores.

El gobierno de Maduro ha denunciado que en lugar de dialogar, la oposición persiste en la guerra económica que causa sufrimientos a la población, con el franco apoyo de Estados Unidos y sus aliados.

En este sentido se inscriben las campañas de las grandes corporaciones de información, que tratan de crear un panorama catastrofista en Venezuela y hacer creer a la opinión pública internacional que se encuentra al borde de una explosión social para justificar una intervención foránea, disfrazada de propósitos “humanitarios”.

El jefe de Estado venezolano señaló que a los llamados al diálogo, la extrema derecha responde con la violencia y puso como ejemplo la movilización de la víspera en el oeste de la nación, que tenía como objetivo llegar hasta la sede local del Consejo Nacional Electoral y exigir por la fuerza la validación de las firmas para el referendo revocatorio, que contienen múltiples irregularidades.

Maduro agregó que en los próximos días entregará a la comisión internacional que acompaña el diálogo una carta, en la cual expondrá tres propuestas para consolidar el acercamiento emprendido con la oposición local desde el pasado mes de mayo.

En primer lugar, propone iniciar el funcionamiento lo más rápido que sea posible de la Comisión por la Verdad, la Justicia y la Reparación de las Víctimas de los crímenes políticos. Esta entidad es impulsada por el gobierno para esclarecer los hechos violentos acaecidos desde el año 1999.

En segundo punto, propone un acuerdo de funcionamiento y respeto constitucional de las instituciones públicas del país y, finalmente, la renuncia a la violencia en todas sus manifestaciones, una especie de acuerdo de paz, agregó el primer mandatario.

Toda esta buena voluntad choca, sin embargo, con una oposición que, en lugar de salvar a la nación, lo que pretende es incendiarla y entregar las cenizas al mejor postor.