por Nicanor León Cotayo
Sorpresivamente fueron lanzados este lunes desde las páginas del ultraderechista Nuevo Herald. Lo hizo bajo la firma de su columnista Fabiola Santiago, quien afirma que carece de moral ante los cubanoamericanos.
¿Debido? A sus constantes ausencias cuando desempeñó una banca en el Senado de Estados Unidos.
Recuerda que luego de fracasar como aspirante a la presidencia juró no dar un paso similar con otra responsabilidad pública.
Pero cambió de opinión y ahora anunció que irá en noviembre a la reelección de su puesto en el Senado.
Lo hace, escribe Fabiola, bajo el pretexto de ser un favorito del neonazi Tea Party, después que los hombres de este prefirieron a Donald Trump como aspirante a la Casa Blanca.
A renglón seguido la columnista del Herald sintetizó así a Marco Rubio:
“El es un sirviente de la Asociación Nacional del Rifle”, multimillonaria entidad que comprando a integrantes del Capitolio de Washington garantiza la venta de armas en Estados Unidos.
Hace siete días estuvo en la Cámara alta para votar contra medidas que proponían situar el armamento de asalto fuera del alcance de los terroristas.
Si es reelecto, puntualizó la columnista del Herald, seguirá alcanzando lo mismo que ha logrado en los últimos cuatro años: “nada de nada”.
Como político su razón de ser es una: amenazar con la imposición de un bloqueo a partes de la agenda social demócrata, pero sin ofrecer nada mejor a cambio.
Luego con evidente tono irónico Fabiola Santiago hace dos preguntas:
¿Alguien se aventura a pensar que tienen derecho a una atención médica decente y asequible?
¿Cómo se atreven las mujeres a reclamar que tienen derechos reproductivos?
Luego subraya que la inmigración fue un tema muy favorable para el ascenso de Rubio, así como para su caída.
Prosigue diciendo que en Miami, —donde es conocido por Marquito-, “y no por cariño”, la noticia de que aspira a reelegirse en la Cámara alta no fue recibida con entusiasmo.
Medios sociales republicanos dijeron a la prensa que apoyan su candidatura por motivos ajenos a sus méritos.
Entonces, correspondió a una experta republicana que nació en Miami, Ana Navarro, explicar las razones.
Una es que, al estilo de una mercancía cualquiera, resulta muy competitivo y por lo tanto deviene buena noticia para el partido y su intención de retener el escaño.
En Facebook elogió el gesto de Carlos López-Cantera, vicegobernador de la Florida y amigo de Rubio, quien retiró su candidatura al Senado cuando Rubio presentó la suya.
Ella añade en su artículo que Marco Rubio “llena de vergüenza” a los cubanoamericanos al advertirles que dará por terminada la protección a muchachos de ese origen nacidos en Estados Unidos.
O sea, los incluidos en el programa Dream (Sueño), concebido por Obama para aliviar calamidades que sufren junto a sus padres.
Él quiere empezar por cerrar la frontera, después tendrá en cuenta si dará o no, a muchachos que han vivido toda su existencia en Estados Unidos, una vía para conseguir la ciudadanía.
Pero en noviembre volverá a postularse, de acuerdo a su versión, a petición del público.
Aquí Fabiola Santiago recalca, olvidó que “no pudo llenar ni la zona de anotación del Milander Stadium, en Hialeah, segunda población de cubanos del mundo, cuando se postuló a la presidencia.
De ahí, la sorpresa este lunes cuando hasta el Nuevo Herald, de Miami, lo crucificó políticamente a plena luz del día.