por María Josefina Arce
El tabaco es uno de los productos más emblemáticos de Cuba de cara al mercado internacional. Su alta calidad hace que continúe siendo reconocido por los más exigentes fumadores como el mejor del mundo.
Cuatro factores se unen para que el habano se haya convertido en esa exquisitez que buscan los fumadores en el mundo: suelos, clima, la variedad de Tabaco Negro Cubano y el saber hacer de los vegueros y torcedores.
Actualmente se producen en nuestro país casi 300 millones de tabacos torcidos a mano, de ellos cerca de 100 millones con destino a la exportación y el resto para el consumo nacional.
Se producen además unos 130 millones de tabacos hechos a máquina, casi el 90% de ellos con destino a la exportación y unos 15 mil millones de cigarrillos.
Las ventas de tabacos cubanos en los mercados internacionales reportaron incrementos significativos en el 2015 y de acuerdo con las autoridades se espera que este año se mantenga la estabilidad en su comercialización, por la introducción de nuevas vitolas y de ediciones limitadas de puros.
Es sin dudas, esta industria una de las que más aporta a la economía cubana por lo que las autoridades desarrollan un ambicioso plan de inversiones con vistas a ampliar y modernizarla.
En estos momentos hay un proyecto que se ejecuta en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, en la occidental provincia de Artemisa, para la construcción de una nueva fábrica de cigarrillos con nuestro socio comercial Souza Cruz, de Brasil.
La puesta en marcha de esta instalación que está prevista para 2018 permitirá una producción anual de unos 8 000 millones de unidades.
Asimismo la fábrica de cigarrillos de Holguín, la más moderna del país, tiene también un ambicioso proceso inversionista para ampliar y modernizar sus producciones, al tiempo que está en fase de aprobación un programa de este tipo que contempla a la única fábrica de producción mecanizada de tabacos.
La industria cubana del tabaco tiene una larga tradición y una alta calidad reconocida a nivel mundial que no solo se manifiesta en las ventas de este producto, sino en la aceptación que a nivel internacional tiene el Festival del Habano, que en su última edición en febrero de este año contó con la asistencia de dos MIL delegados de unas 60 naciones.
Grandes retos tiene la industria cubana del tabaco para ampliar su producción, siempre con la mejor calidad, y afianzarse en los nuevos mercados y para continuar cautivando a los más exigentes fumadores del mundo.