por Guillermo Alvarado
La ex presidenta de Argentina, Cristina Fernández, su familia y algunos antiguos miembros de su administración están siendo objeto de una tenaz persecución política con el objetivo de desprestigiarlos ante la opinión pública nacional e impedir el retorno de un gobierno progresista al poder, denunciaron diversas fuentes en la nación sudamericana.
La antigua primera mandataria iniciará esta semana una serie de encuentros con dirigentes del Frente para la Victoria y también anunció que realizará una gira nacional para explicar a la población el hostigamiento de que es víctima.
En un mensaje titulado "Estado de derecho, pobreza y desigualdad", Fernández aseguró que el presidente Mauricio Macri está utilizando al poder judicial en su contra y que en esta persecución también están involucrados los grandes medios de comunicación, de manera particular el grupo Clarín.
Resulta sorprendente ver cómo sincronizan las noticias en su contra, aseguró.
De igual manera Oscar Parilli, quien hasta diciembre pasado fue director de la Agencia Federal de Inteligencia, dijo que la exdignataria encara una embestida, una campaña de difamación, desprestigio y persecución política y en general contra todos los que formaron parte del anterior gobierno.
Como se sabe, el juez federal Claudio Bonadio ordenó una serie de allanamientos contra propiedades de la familia Kirchner-Fernández para buscar supuestas pruebas de lavado de dinero.
Bonadio lleva adelante este caso, a pesar de que recientemente fue apartado de un proceso similar por cometer serias irregularidades durante la investigación.
Hay una situación en la que el estado de derecho está en un peligro como no se había visto desde el fin de las dictaduras militares, en 1983, dijo el ex director de inteligencia.
Este acoso tiene, en opinión de Parilli, dos objetivos muy claros. El primero es crear entre la población una imagen negativa de los dos últimos gobiernos, hacerlos aparecer como funcionarios que se dedicaron a delinquir, y no a mejorar las condiciones de vida de la mayoría de argentinos.
El segundo propósito es desviar la atención del programa económico de corte neoliberal que está aplicando Macri, y que ya tiene un severo impacto por el aumento desmedido de los precios, la eliminación de subsidios y la devaluación de la moneda.
La deuda pública argentina se duplicó en los primeros seis meses del año y cuando termine 2016 se habrá triplicado, explicó Parilli.
El costo de estas políticas recae sobre las familias pobres, los trabajadores y las pequeñas y medianas empresas, en tanto los beneficios van a parar a los grandes exportadores, entre los que están los allegados del presidente Macri, favorecidos con rebajas sustanciales de impuestos.
Y todo ello lo están logrando mientras la gente mira hacia el espectáculo montado contra Cristina Fernández por los grandes medios de comunicación y dos o tres jueces dispuestos a servir a poderosos intereses locales y regionales.
