Por: Pedro Martínez Pírez
Quienes pensaron que con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos se resolverían muchos de los problemas económicos cubanos, pudieron comprobar, luego del discurso del presidente Raúl Castro del pasado viernes, que ese pronóstico no se corresponde con la realidad.
La economía cubana creció la mitad de lo proyectado en el primer semestre del año actual, es decir, solamente un uno por ciento, y para enfrentar las dificultades en el segundo semestre se han tomado ya medidas de ahorro adicionales, según anunció el Jefe de Estado de Cuba.
Recordó Raúl Castro que desde diciembre del pasado año había advertido que se proyectaban limitaciones financieras como consecuencia de la disminución de ingresos en las exportaciones por la caída de los precios en los rubros principales, así como también por afectaciones en las relaciones de cooperación mutuamente ventajosas con varios países, en particular con la República Bolivariana de Venezuela, sometida a una guerra económica para debilitar el apoyo popular a su Revolución.
Y en su intervención ante el Parlamento cubano informó Raúl Castro que el débil crecimiento en el primer semestre del Producto Interno Bruto estuvo condicionado por la agudización de restricciones financieras externas motivadas por el incumplimiento de los ingresos por exportaciones, unido a las limitaciones que afrontan algunos de los principales socios comerciales de Cuba, debido a la caída de los precios del petróleo.
Reconoció Raúl Castro una determinada contracción en los suministros de petróleo pactados con Venezuela, y que se han presentado algunos atrasos en los pagos a los acreedores extranjeros, a los que agradeció por su confianza y comprensión de la situación transitoria en que se encuentra Cuba, que por otra parte vive su mejor momento en cuanto al desarrollo del turismo, la biotecnología y otros rubros, pero produjo 19 por ciento menos azúcar y dejó de percibir alrededor de 40 por ciento en sus exportaciones de níquel.
Y aquí es donde el presidente cubano se refirió a los nocivos efectos del bloqueo estadounidense, que se mantiene vigente, y puso como ejemplo que a más de tres meses de los anuncios del presidente Barack Obama del 15 de marzo, de que se eliminaría la prohibición a Cuba para utilizar el dólar en sus transacciones internacionales, lo cierto es que no se ha logrado todavía efectuar pagos ni depósitos en efectivo en esa moneda.
Y aunque prosigue el proceso de normalización de los vínculos entre los dos países, y creció en más de 80 por ciento el arribo de estadounidenses al archipiélago cubano, continúa la prohibición de viajar a Cuba como turistas, se mantienen además del bloqueo la base militar en Guantánamo, las ilegales transmisiones radiales y televisivas, así como la política de pies secos, pies mojados y la Ley de Ajuste Cubano, que alienta las salidas ilegales y sirve de propaganda contra Cuba.
Los cubanos, que en medio de todos los problemas y agresiones han resistido y desarrollado su proceso revolucionario desde 1959, recibieron ahora el llamado de Raúl Castro de que deberán crecerse nuevamente frente a las dificultades sin el menor atisbo de derrotismo y plena confianza en su Revolución.