por Guillermo Alvarado
Los riesgos que sufren las adolescentes en todo el mundo, así como las perspectivas ante el envejecimiento demográfico, son algunas de las preocupaciones que están en el punto de mira con motivo de conmemorarse este lunes el Día Mundial de la Población, fecha instituida por la ONU en 1987 para llamar la atención sobre este tipo de problemáticas.
Es una paradoja que uno de los principales logros de nuestra especie, el aumento considerable de la esperanza de vida, pueda convertirse también en una amenaza ante la ausencia de políticas gubernamentales y globales para atender las también crecientes necesidades de sectores importantes.
De acuerdo con estimaciones de la ONU, la esperanza de vida al nacer aumentó de 30 a 67 años entre 1800 y 2005, lo que dio lugar a un veloz crecimiento poblacional, que pasó de 1 000 millones en 1810 a más de 7 000 millones en 2012, y sigue creciendo.
Esto implica nuevos retos que se encaran de diferente manera. En China, el país más poblado del planeta, las políticas demográficas de las últimas décadas han dado como resultado que hoy día haya unos 40 millones más de hombres que de mujeres, y que entre los menores de 15 años esa diferencia sea de 18 millones más de varones.
Sin embargo, medidas de atención a las adolescentes y novedosas prácticas de incorporación laboral permiten augurar un horizonte más alentador para las mujeres jóvenes y evitar el matrimonio y la maternidad a corta edad.
Diferente es la situación en India, que puede desbancar a China de su lugar como la nación más habitada. Allí las mujeres viven desde su nacimiento bajo una opresión patriarcal, que se manifiesta incluso en el acceso a una alimentación adecuada.
El 56% de las féminas padecen anemia y la discriminación de género es generalizada, afirmó el investigador Sanjay Pandey.
Los jóvenes de entre 10 y 24 años son clave para el crecimiento económico en el futuro más inmediato, pero la falta de acceso a la educación básica y especializada, en igualdad de oportunidades, puede anular esta potencialidad.
En esta materia, Cuba representa un ejemplo de buenas prácticas a seguir. A pesar de ser un país pequeño y sometido a un brutal bloqueo por la principal potencia económia y militar, el país invierte lo necesario para garantizar que los jóvenes puedan transitar a la vida adulta en condiciones seguras.
Todas las jóvenes están escolarizadas, lo que constituye una base fundamental, a partir de la cual se aplican programas de educación sexual y reproductiva y si bien el índice de embarazo temprano es menor al de la región, se trabaja para reducirlo aún más. Al mismo tiempo, se hacen esfuerzos por garantizar una vida plena y estable a quienes arriban a la tercera edad.
Los retos en materia de población siempre son grandes y Cuba los asume con seriedad, para cumplir con el anhelo expresado en esta fecha por Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, quien pidió trabajar “codo con codo para poder disfrutar de una vida en que haya seguridad, dignidad y oportunidades para todos”.