por Roberto F. Campos
Cuba cuenta con templos católicos muy significativos por su construcción y por el cuidado de su arquitectura y su de historia; de ahí que el turismo religioso cobre auge en la isla.
Muchos extranjeros, sobre todo europeos, visitan este archipiélago en programas culturales, interesados en conocer la arquitectura del país y en particular la del tema religioso.
Entre una larga lista, se puede mencionar a las catedrales de La Habana y de Bayamo, aunque existen muchas más.
En estos dos lugares, los viajeros -católicos o no- indagan acerca de los orígenes y otros pormenores, a la par de tomar fotografías en escenarios relevantes, unos por su céntrica ubicación y desempeño religioso y otros por ser símbolo de rebeldía.
Cuba posee más de 600 templos funcionando, muchos de los cuales sobresalen por su belleza, la importancia religiosa, la histórica y la arquitectónica.
LA CATEDRAL DE LA HABANA
Pasear por La Habana implica visitar la Plaza de la Catedral, un espacio adoquinado y virtuoso, cargado de belleza y sentido, lugar a donde acuden miles de personas de todo el mundo cada mes.
Por demás, enfrente se organizan cenas y festejos, auspiciados por la gastronomía del restaurante El Patio, muy visitado por el famoso escritor cubano, ya fallecido, José Lezama Lima.
Conocida originalmente como Plaza de la Ciénaga, y después nombrada De la Catedral, es un lugar que tiene mucho que ver con los orígenes de la ciudad-capital, asentada definitivamente el 16 de noviembre de 1519 en las márgenes del Puerto Carenas o Bahía de La Habana.
Su nombre se debe a la catedral construida en un principio como oratorio de los Hijos de San Ignacio, de la orden de los Jesuitas, cuya primera piedra fue colocada en 1748.
Luego de tres décadas se reconstruyó el oratorio, funcionando ya la Catedral, y de 1802 a 1832 se le aplicaron importantes reformas. Decorada bellamente, con importantes obras y reproducciones realizadas por el francés Juan Bautista Vermay, es un lugar a visitar.
Allí se encuentran la capilla de Nuestra Señora de Loreto, consagrada por el obispo Morell de Santa Cruz en 1755, e infinidad de atractivos, tanto para devotos como para amantes del arte y la cultura.
Y como toque adicional, desde 1994, a iniciativa de la compañía turística Habaguanex S.A., se organizan en su plaza cenas y encuentros de carácter recreativo y oficiales, elegidos por importantes empresas y agencias.
Esos convites están relacionados con viajes y productos emblemáticos para los habaneros. La vista es maravillosa por la arquitectura bien conservada, con la riqueza cultural del cubano y la inmejorable gastronomía que preparan los restaurantes en sus alrededores.
Por si fuera poco, en uno de los callejones aledaños se encuentra uno de los restaurantes más famoso de Cuba: La Bodeguita del Medio, que ratifica su condición cada año.
Se le considera simbólico para el turismo en Cuba, con las paredes graficadas por firmas de comensales de diferentes épocas y fotografías dejadas por celebridades, entre ellas Ernest Hemingway, Mario Benedetti, Pablo Neruda, Errol Flyn y otras.
La lista de personalidades históricas es grande, e incluye artistas de cine, pintores, políticos, bailarines y músicos, tanto extranjeros como cubanos, con espacio especial para el Poeta Nacional, Nicolás Guillén (1902-1989).
LA CATEDRAL DE BAYAMO, SIMBÓLICA
La Catedral de Bayamo es la única cubana con pinturas alegóricas a hechos patrióticos, pues fue escenario de las primeras ansias libertarias de la Isla en el siglo XIX.
Ubicada en la oriental provincia de Granma, es un símbolo en el cual coinciden historia, tradición y religiosidad, debido a que en su entorno ocurrieron importantes hechos relacionados con el surgimiento de la nacionalidad cubana.
Precisamente, el templo fue destruido en ocasiones por diversas causas, aunque las más significativas fueron las debidas a algún terremoto o la del incendio ocurrido el 12 de enero de 1869, que devastó la ciudad, por decisión de sus pobladores, para evitar la ocupación por las tropas coloniales españolas.
Sin embargo, muchas figuras y espacios perduraron desde ese momento, por lo cual la catedral del Santísimo Salvador de Bayamo-Manzanillo es hoy uno de los sitios religiosos e históricos más importantes de la nación cubana.
Originalmente fue construida en 1513, año de fundación de la villa, segunda de las creadas por los españoles en Cuba. Su actual edificio está en el lugar donde se levantó nuevamente, a partir de los restos conservados de 1869.
En 1919 se le adicionaron paredes y la estructura actual. Lo más interesante es que aún se conservan espacios como la capilla de La Dolorosa (altar barroco) y piezas tan importantes como la pila bautismal y dos Cristos, que escaparon al fuego.
Los mambises (rebeldes contra el colonialismo español) guardaron algunas figuras en cuevas para protegerlas, hasta que terminó la guerra, cuando las devolvieron al templo.
En su interior se observan varios frescos religiosos y uno patriótico, debidos al dominicano Luis Desangle. Representan la bendición de la bandera cubana por el padre Diego José Batista y la interpretación por primera vez del Himno Nacional de Cuba.
La pieza patriótica fue compuesta por Pedro (conocido como Perucho) Figueredo el 13 de agosto de 1867, aunque se interpretó como instrumental el 11 de junio de 1868.
Luego del inicio de aquella guerra el 10 de octubre de 1868 en el ingenio La Demajagua, de Carlos Manuel de Céspedes (El Padre de la Patria), las tropas insurgentes compuestas por unos 200 soldados, incluidos 53 esclavos, avanzaron hacia Bayamo.
Los insurgentes tomaron la ciudad y reunieron al pueblo a un costado de la catedral, donde hoy se encuentra La Plaza del Himno.
El 20 de octubre se celebra el Día de la Cultura Cubana por la pieza patriótica. El 8 de noviembre de 1868, luego del acto de bendición de la bandera, en el atrio del templo lo interpretaron completo 12 bayamesas.
Tanta historia y belleza acumuladas en estos dos significativos templos propician que muchas personas, cubanas y extranjeras, prefieran conocerlos.
(PL)