No solo los cubanos, por estos días, llevamos en el pecho el dolor de la adiós definitivo. La desaparición física del líder histórico de la Revolución cubana ha conmocionado al mundo. Mandatarios y representante de gobierno hacen llegar sus condolencias hasta el pueblo de Cuba, mientras que los grandes medios de prensa cubren sus primeras planas con la foto del gigante cubano.

En Naciones Unidas emisarios de los 193 Estados miembros se unieron en un minuto de silencio para honrar a uno de los líderes más icónicos del siglo XX. Si bien hace varios años que la ONU no se deleita con los estremecedores discursos que solo Fidel fue capaz de erigir en sus salas, su impronta permanece viva.

De generación a generación han transitado las hazañas de Fidel. Quien no conoce sobre su histórico discurso en la ONU de cuatro horas y 29 minutos, en septiembre de 1960, nada más y nada menos que en su primer intervención ante la cámara; o de su particular sentido del humor cuando cubrió  con un pañuelo la luz que avisa a los cinco minutos de que el tiempo de intervención ha concluido, arrancando carcajadas de los presentes, y procedióa hablar exactamente cinco minutos, para asombro de su audiencia.

Lo cierto es que su oratoria demorada o precisa en el escenario internacional fue una voz enérgica a favor de la justicia social en las discusiones globales de la Asamblea General y en los foros regionales e internacionales y sirve hoy de inspiración a los países en desarrollo.

UNA PRIMERA VEZ QUE MARCÓ PAUTAS

¡Desaparezca la filosofía del despojo, y habrá desaparecido la filosofía de la guerra!  El lunes 26 de septiembre de 1960 está contemplado en la historia como el día en que Fidel hiciera su primera intervención en la ONU. Cuenta los conocedores que a las 2:40 de la tarde, el jefe de la Revolución arribó a la entrada principal del edificio de las Naciones Unidas. Aquel día el mundo conoció las verdades de Cuba.

Los temas abordados por Fidel ese día fueron varios pero comenzó así:

Algunos pensarán que estamos muy disgustados por el trato que ha recibido la delegación cubana. No es así. Nosotros comprendemos perfectamente el porqué de las cosas. Por eso no estamos irritados ni nadie debe preocuparse de que Cuba pueda dejar de poner también su granito de arena en el esfuerzo para que el mundo se entienda (...) Eso sí, nosotros vamos a hablar claro.

En aquel momento se imponía correr el riesgo para hacer valer la voz de Cuba en esa institución ante las campañas de mentiras y difamación sobre la Revolución  elaboradas por las matrices de propaganda norteamericana y replicadas por la inmensa mayoría de los medios en el mundo, con el fin de crear condiciones para  un ataque contra el territorio caribeño.

Entre los temas más cruciales que Fidel abordó aquel día estuvo todo lo relacionado con la Primera ley de Reforma Agraria, una forma de demostrar los avances de la Revolución cubana.

Sin reforma agraria, nuestro país no habría podido dar el primer paso hacia el desarrollo. Y, efectivamente, dimos ese paso: hicimos una reforma agraria. ¿Era radical? Era una reforma agraria radical. ¿Era muy radical? No era una reforma agraria muy radical. Hicimos una reforma agraria ajustada a las necesidades de nuestro desarrollo, ajustada a nuestras posibilidades de desarrollo agrícola.

Por aquellos días se hacía necesario también llamar la atención sobre los acontecimientos provocados por Estados Unidos contra Cuba. Sobre ello dijo:

Nosotros tenemos que explicar muy claramente todos estos problemas, porque en ello va la seguridad y la suerte de nuestro país. Y por eso, pedimos que quede constancia bien clara de estas palabras, sobre todo, si se tiene en cuenta que no tiene traza de mejorarse la opinión o la interpretación errónea que acerca de los problemas de Cuba tienen los políticos de este país.

"HEMOS VENIDO A HABLAR DE PAZ"

1979. Era la segunda ocasión que Fidel visitaba la ONU, ahora también, como líder del movimiento de países no alineados. Desde el inico el líder cubano dejó claró que no venía a hablar sobre Cuba, a pesar de las continuas agresiones de que ha sido víctima este pequeño país, pero "digno país" durante 20 años. Este sería un discurso a favor de los pobres de esta tierra, de los más desfavorecidos.

Unos países poseen, en fin, abundantes recursos, otros no poseen nada. ¿Cuál es el destino de estos? ¿Morirse de hambre? ¿Ser eternamente pobres? ¿Para qué sirve entonces la civilización? ¿Para qué sirve la conciencia del hombre? ¿Para qué sirven las Naciones Unidas? ¿Para qué sirve el mundo? No se puede hablar de paz en nombre de las decenas de millones de seres humanos que mueren cada año de hambre o enfermedades curables en todo el mundo. No se puede hablar de paz en nombre de 900 millones de analfabetos.

Pero sin dudas, el líder de la Revolución cubana cimbró en Naciones Unidas con aquel final desgarrador cuando hiciera su llamado a la paz, una frase que todavía hoy goza de una vigencia extraordinaria.

Digamos adiós a las armas y consagrémonos civilizadamente a los problemas más agobiantes de nuestra era, esa es la responsabilidad y el deber más sagrado de todos los estadistas del mundo. Esa es, además, la premisa indispensable de la supervivencia humana.

DESAPAREZCA EL HAMBRE Y NO EL HOMBRE

El continuo reclamo de Fidel a la protección del medio ambiente se hizo sentir también en Naciones Unidas. En 1992, durante su intervención en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, el líder de cubano llamó la atención sobre el daño que las sociedades de consumo iban causando sobre el medio ambiente.

Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre.

En 1995, Fidel Castro regresó a la cumbre mundial después de haberse desintegrado la Unión Soviética. En este discurso, hizo énfasis en el bloqueo económico que Estados Unidos tenía sobre Cuba.

En esa ocasión expresó:

Los cubanos que lucharon por nuestra independencia, los cubanos que en aquellos instantes estaban dando su sangre y su vida, llegaron a creer de buena fe en aquella Resolución Conjunta del Congreso de Estados Unidos, del 20 de abril de 1898, que declaraba que Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente.

La última visita del líder cubano a la ONU fue en 2000, cuando participó en la Cumbre del Milenio organizada por la ONU y en donde tuvo una breve participación.

Tres decenas de países desarrollados y ricos que monopolizan el poder económico, tecnológico y político, se reúnen aquí con nosotros para ofrecernos más de las mismas recetas que han servido solo para hacernos cada vez más pobres, más explotados y más dependientes.

En esta ocasión el líder pidió a la ONU que actuase “con premura, antes de que sea demasiado tarde”, para “salvar al mundo no solo de la guerra, sino también del subdesarrollo, el hambre, las enfermedades, la pobreza y la destrucción de los medios naturales indispensables para la existencia humana”.

(Tomado de Cubahora)