por Giusette León García
Todavía se puede decir de Alejandro Falcón “el joven músico cubano”, sin embargo, la calidad de su obra como pianista y compositor lo ubica ya junto a los más premiados y reconocidos creadores, sobre todo, en el ámbito del jazz.
Con su más reciente producción discográfica, Cuba Now Danzón, Alejandro ha demostrado que no solo tiene talento y virtuosismo, sino también la autenticidad de quien nunca abandona sus raíces…
¿Por qué el danzón?
Realmente el danzón lo tengo como en las venas, el hecho de ser matancero es casi como una casualidad, ya que cuando empecé a estudiar aquí en Matanzas el piano con mi profesora María Julia Arango, no existía una tradición, diría yo, con todo respeto, de orquestas danzoneras. Ya en la Escuela Nacional de Arte sí me fui inclinando mucho al danzón.
Entonces ¿no es un interés que nació en Matanzas?
Oía mucho cuando estaba aquí estudiando el nivel elemental a la orquesta Acierto juvenil, pero no era que tuviera una influencia notable en mi vida, en ese momento me incliné más por el jazz, la música cubana, que estaba muy de moda, lo que era la timba. Comienzo en la ENA en el 1999 y ahí seguí mi formación en La Habana, formé parte de la generación del Joyazz, ese hermoso festival se creó por aquellos años… Yo me presento en el año 2012 y obtuve el premio especial precisamente interpretando el danzón Almendra y creo que quizás es algo como que viene en las venas, el hecho de ser matancero, de tener esas raíces con el danzón, con la rumba, con las bases de la música cubana…
¿Y luego, cómo sigue tu historia con el danzón?
Con la orquesta de Orlando Valle, Maraca, ex integrante de Irakere, hice giras internacionales por diversos escenarios: Canadá, Colombia, México, también los festivales de Francia, Finlandia y en algunos de esos eventos tenía que interpretar el danzón, ya que como Maraca es flautista, tenía un danzón siempre en su repertorio. Con él aprendí mucho a tocar la música afrocubana, el jazz, la música cubana en todos sus géneros y especialmente el danzón, en el cual el piano y la flauta tienen una relevancia, ya que son instrumentos que requieren de un gran dominio técnico y el danzón se presta mucho para la interpretación y el virtuosismo en lo que es los solos, las improvisaciones. Ya después en el año 2008, cuando comienzo mi cuarteto Alejandro Falcón y Cubadentro, , escribí el tema Danzando entre puentes, el cual fue un éxito en nuestro primer disco, Claroscuro, premio Cubadisco en Ópera Prima y le hice un clip aquí en Matanzas en el 2010 junto a Mayito Rivera y Germán Velasco.
¿Pero cómo surge Cuba Now danzón, un fonograma totalmente dedicado a ese género?
Enrique Carballea, un excelente productor me dice: “por qué no sigues la línea del danzón ya que eres matancero, tiene que ver con tu personalidad” y así fue como surgió este disco, que es un CD- DVD, lo grabé con la disquera Colibrí en el 2012 y tuve invitados de lujo como Pablo Milanés, Luna Manzanares, Mayito Rivera, que repite en otra producción mía, Julito Padrón y Alexander Abreu en la trompeta, el maestro Joaquín Betancourt, uno de los grandes productores de la música cubana hizo la producción musical junto conmigo . Fue el disco más nominado en el 2015 y obtuvo dos premios Cubadisco en las categorías de música instrumental y grabación, con el trabajo del ingeniero Maykel Bárzaga.
Entonces te ha traído buenos momentos el danzón…
Siempre en mis conciertos está el danzón, siempre tengo que interpretar Danzando entre puentes, Monserrate, un danzón que también le di a la Orquesta Faílde, que interpreta otras piezas mías como Danzón timba y Cuba danzón, cuando Ethiel funda la Faílde me pide algunas composiciones. El danzón nunca ha muerto, sigue siendo música cubana viva y es un ejemplo cómo todos los jazzistas tienen un danzón en su discografía…
¿No te molesta escribir por encargo?
A mí me gusta escribir por encargo, porque cuando escribo una obra me gusta que se interprete. Por ejemplo, Atenas Brass Ensemble, que es el quinteto de Rodolfo Horta, excelente profesor de trompeta de aquí de Matanzas, interpreta varias de mis composiciones, Aire de Concierto, un grupo de jazz de La Habana toca mis piezas, la orquesta de cámara de La Habana, la Orquesta del Liceo Mozartiano, dirigida por José Antonio Méndez, también los alumnos de las escuelas de música interpretan mis contradanzas, preludios para piano, obras para piano, para clarinete, cuartetos de cuerdas…
Volviendo al danzón ¿cuánto de novedoso tienen las composiciones creadas un siglo después de que surgió el género?
El danzón es el baile nacional, trato de defenderlo siempre, recreándolo desde mi visión personal, en realidad no es nada nuevo, simplemente darle mi visión como compositor y como músico y hasta ahora al público le han gustado los danzones que hemos estado escribiendo, sobre todo el danzón Monserrate, Ethiel una vez me dijo que el público lo bailaba mucho cada vez que él se presentaba, al igual que el danzón timba, en el cual me inspiré ya que mi papá en algún momento me dijo ¿por qué no escribes un danzón que fusiones con la música contemporánea? A Ethiel le gustó la idea y así surgió hacerle un danzón timba en el cual la primera parte respeta la estructura del danzón y al final el montuno es más contemporáneo, con mambo en los instrumentos de viento, en los metales, más actual, con un coro, donde el cantante improvisa también y el público joven se acerca un poco más al género. Ahora le escribí a Ethiel una pieza nueva que se titula “El flautista de Simpson”, la va a interpretar en su próximo disco y también viene con esta óptica, para que el público joven se vaya acercando un a la sonoridad del danzón con un poco de evolución…
Por todo lo que me has contado, pareciera que el danzón dialoga muy bien con el jazz, con la música de concierto…
El danzón, en mi modesta opinión, es la música cubana de concierto o popular de concierto, tiene una forma rondó, que es muy similar a una forma de la música clásica y el intérprete requiere un virtuosismo en la flauta, en el violín, en el piano, que son instrumentos que vienen de la música europea, eso se fusiona con la música afrocubana, o sea, con los ritmos de aquí de Cuba y te da la oportunidad de hacer solos, de improvisar, de hacer pasajes extensos en los instrumentos melódicos y armónicos y de por sí lleva una maestría a la hora de interpretarlo y también, en mi caso, yo no soy danzonero, yo adopto el danzón desde mi visión como compositor, como pianista, como joven músico y con las influencias del jazz que es lo que más me caracteriza, pero sí me gusta desdoblarme e interpretar todo tipo de música y es por eso que el danzón se presta mucho para llevarlo a la música de concierto también…
¿Te definirías como jazzista?
Me gusta más la palabra músico. Soy un músico cubano ya que en realidad lo que hago es defender la música cubana, me gusta escribir todo tipo de género, tengo un tema en mi primer disco que es Monk en Pueblo Nuevo, un tema que hice con la influencia de Elonios Monk, uno de los grandes pianistas en la historia del jazz y lo fusioné con la rumba de aquí de Matanzas y me gusta abordar todo tipo de género, el chacha cha, el danzón, la rumba, el jazz, la música de concierto y por eso me gusta más decir que soy un músico cubano…
¿Intérprete o compositor?
Me gusta llevar las dos cosas a la vez, la composición, la parte de arreglista y como intérprete
¿Nos cuentas más sobre tu proyecto, Proyecto Cubadentro?
Estamos preparando un nuevo disco en el que voy a grabar mi obra sinfónica, con la cual me gradué en el año 2008, nos presentamos en el Jazz café, en el Café Miramar, en la Fábrica de Arte, en los jardines del Mella, estamos presentándonos en el Jazz Plaza 2016 en la Sala Tito Junco del Bertolt Bretch y en la Sala Abelardo Estorino también. Lo que me he propuesto es siempre llevar los géneros de la música cubana como la rumba, el son, el danzón, también el cha cha cha, el bolero, la música afrocubana, todo fusionándolo con los elementos del jazz y la música de vanguardia…
¿Hacer un jazz cubano, es posible decirlo así?
Bueno, claro, Jazz cubano porque somos cubanos y tenemos que defender nuestros géneros musicales…
(Cubasí)