Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador (Simón Bolívar), controvertida figura de Ecuador, se ganó por derecho propio el título de heroína y es hoy ejemplo de lucha para muchas mujeres de este país sudamericano y otras naciones.
Manuelita, como también se le identifica, nació, según algunos, el 27 de diciembre de 1795, y para otros, en 1797, en Quito, y se involucró desde muy joven en las luchas emancipadoras de Quito.
Adelantada a su época y rebelde por naturaleza, Manuelita Sáenz violó en varias ocasiones las reglas sociales de su tiempo.
Su principal delito para la usanza de entonces, convertirse en amante de Simón Bolívar, a quien acompañó en la vida y en lucha por la Gran Colombia, lo cual la hizo ascender en rango militar por sus propias acciones.
La guerrera ecuatoriana fue ovacionada y criticada. Aunque muchos la señalaban por la relación que mantenía con el Libertador, otros tantos reconocían su entereza, firmeza de convicciones y valentía en el campo de batalla.
Militante activa, participó en todo el proceso hasta lograr la independencia de Perú por lo que le fue conferido el título de Caballero de la Orden del Sol.
Sáenz combatió en la Batalla de Pichincha y recibió entonces el grado de teniente de húsares del Ejército Libertador y más tarde fue nombrada capitana.
Luego peleó junto a Antonio José de Sucre en la batalla de Ayacucho y se convirtió en la única mujer considerada heroína de esa batalla, al tiempo que fue ascendida a coronela, por petición del propio líder de esa contienda.
'(...) yo recojo orgulloso para mi corazón el estandarte de tu arrojo, para nombrarte como se me pide: coronel del ejército colombiano', escribiría Bolívar a Manuela, el 20 de diciembre de 1824, al informarle de su ascenso.
La luchadora se ocupaba además de llevar los archivos de Bolívar, de cuidarle con tanto celo, que pudo frustrar un intento de magnicidio en 1828, lo cual le valió el título, dado por el propio Bolívar, de: Libertadora del Libertador.
La vida de Manuelita se apagó como resultado de la difteria, el 23 de noviembre de 1856, en Puerto de Paita (Perú), donde se estableció tras la muerte de Bolívar y su destierro de Colombia por el presidente de entonces, Francisco de Paula Santander, su enemigo declarado.
En pleno siglo XXI, nuevos líderes latinoamericanos como el fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, y el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, rescataron su historia y le concedieron el lugar que lleva como luchadora independentista en el decursar de América del Sur.
Saénz es Generala de la República de Ecuador desde el 24 de mayo de 2007, cuando el Jefe de Estado, decretó otorgarle ese título honorífico, por su relevante participación en la gesta independentista.
Sus restos yacen, desde 2010, junto a los de su amado y compañero de lucha, en el Panteón Nacional, ubicado en Caracas, Venezuela.
La libertadora del Libertador es hoy, a 219 ó 221 años de su natalicio, guía y ejemplo de muchas mujeres y hombres que luchan por un futuro mejor para su patria y por el bienestar de los pueblos y dentro de estos, de los más desposeídos.