Desde la primera vez que vino a Cuba, Sonia Cunliffe es otra mujer. No solo la mística de este país y sus preferencias por la trova la hicieron regresar una y otra vez a Cuba. La ayuda solidaria de la mayor de las Antillas a los casi 24 mil niños víctimas del accidente nuclear en Chernóbil la inspiró a realizar una muestra suigéneris que por estos días llega a La Habana.
“Documentos extraviados: Niños de Chernóbil en Cuba” se nombra la exposición que tuvo su estreno en capilla del antiguo Colegio Mercedes Cabello de Carbonera, ubicada en la Iglesia Santo Tomás de Aquino en Lima el año pasado.
“Cuando decido hacer la muestra y busco una sala en Perú, me dan la posibilidad de realizarlo en una iglesia y eso me impuso el reto de hacer que funcionara todo como una pieza de arte, pero que a la vez hiciera este recuento de todas estas historias. Es ahí cuando se me ocurre hacer un audio a partir de una música que escuché del joven Jorge Fernández.
Luego, a partir de la lectura del libro Las voces de Chernóbil, se compone la música que ambienta la muestra y yo le inserto voces y otros sonidos para crear esa atmósfera en la que se siente a los niños, el ruido del mar y al propio Fidel hablando con los pequeños que hace que uno reviva ese lejano mundo de Tarará”.
“En el 2015 vuelvo a Cuba, y en ese momento conozco a la periodista Maribel Acosta. A ella le explico todas las ideas que tenía con los niños de Chernóbil y la invito a trabajar conmigo. Finalmente emprendimos una investigación de un año en el cual yo vine algunas veces y ella me enviaba información a Perú. Así fuimos conformando los primeros audiovisuales”.
La exposición, considerada por la autora como el conjunto de una sola pieza, trae fotos históricas de los periódicos Granma y Juventud Rebelde, e instantáneas de Tarará en la actualidad. “Es un conjunto, es encontrar un documento completo que te narre la situación. Los videos, los audios, las fotos, el libro… todo, es una sola pieza”, agregó Sonia Cunliffe.
Estos niños radioactivos no fueron aceptados en ningún país de Europa. Cuba fue el único país que se conmueve y decide aceptarlos, cuenta la autora peruana. “Entonces es una reflexión a la humanidad, a la capacidad del ser humano de emocionarse, solidarizarse con la desgracia de otro pueblo. Cuando yo leí entre los recortes aquella frase de Fidel, entre hermanos no existen favores, es una obligación ser solidario con el otro, me pareció que era perfecto”.
“Cuando yo veía las fotos me di cuenta que le celebraban hasta las fiestas de 15 a las niñas y eso va más allá de un simple tratamiento médico. Es como decir: me interesa tu parte emocional, tu parte humana y quiero que seas feliz. Eso me conmovió muchísimo. Igualmente me motivó mucho que tuviesen aulas y profesores, pues eso evidencia que todo ese proyecto edificado en Tarará iba más allá de salvar una vida”, agregó.
Para la historiadora, presentar en Cuba una exposición sobre los niños de Chernóbil, era una ilusión. Ya con una idea lograda tras años de investigación, logra llegar a Lima, Perú, con Documentos extraviados. Mas, aún le quedaba la isla para completar el sueño.
“Quería mostrarle al pueblo cubano su proyecto. Enseñarle a los más jóvenes el proyecto de Fidel, de Cuba. Así sucedió en Lima, nadie conocía esta parte de la historia de Cuba, y tuve la oportunidad de presentarla hace poco en Miami también. Tal vez por ser un tema tan humano, tan ajeno a la gente, logró llegar al público”, añadió Cunliffe.
Sobre comenzar un proyecto similar, Sonia comentó que tendría que encontrar un tema que la mueva sentimentalmente como con estos niños, y agregó que en Chile podría tener un próximo trabajo.
Los interesados podrán acceder a todos los documentos recopilados, fotos de Tarará en la actualidad, incluso, escuchar a Fidel junto a esta obra de la Revolución. Además, Documentos extraviados cuenta con todas las noticias publicadas durante los 21 años que duró el proyecto humanitario de Chernóbil.
La exposición será inaugurada en la Biblioteca Nacional este sábado a las 4:30 p.m. y estará en exhibición del 7 de enero al 7 de febrero. Van a estar presentes los doctores, traductores y personal que brindaron su apoyo a los niños de Tarará.
Tomado de Cubadebate