Por Lorenzo Oquendo
Los impactos del cambio climático se mantienen inalterables en este mundo donde el dióxido de carbono (CO2) como principal contaminante del conjunto de gases permanentemente emitidos a la atmósfera, ocasiona múltiples afectaciones a la humanidad.
Actualmente los proyectos, objetivos e ideas para el avance tecnológico, productivo y de investigación tienen que estar acordes con el cambio climático en adaptaciones y mitigaciones necesarias ante irregularidades ambientales que negativamente influyen en los trabajos destinados al desarrollo sostenible de los pueblos.
Recordemos que los países occidentales desarrollados después de la revolución industrial asumieron la postura de GOBERNAR LUEGO DE CONTAMINAR, con el sentido de primero incorporar al ambiente atmosférico los gases de efecto invernadero procedentes de procesos industriales y otras producciones afines, para después dialogar, debatir y adoptar acuerdos correspondientes como los aprobados en la cumbre climática de París, Francia, (COP21) donde se precisó la cooperación global contra el cambio climático a partir del año 2020, decisión que desató también criterios, ideas e inconformidades simultaneas.
Sin embargo, otros manifestaron el compromiso de ese enfrentamiento ante adversidades climatológicas como China, por ejemplo, actualmente el país más grande en vías de desarrollo que emitió positiva señal a la comunidad internacional de su incorporación territorial para el desarrollo sostenible con bajos índices de carbono, correcto reciclaje de materiales y materias primas inservibles, junto con ahorros energéticos.
Este gigante asiático se programó igualmente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, accionar ante el calentamiento global, respaldo a los países en vías de desarrollo y contribuir con nuevos acuerdos para contrarrestar ese fenómeno climático, donde China no solo asume unilateralmente ese compromiso, sino que asegurará resultados con el correspondiente financiamiento económico de beneficio mundial especialmente la población de esa nación del Asia que tiene actualmente alta contaminación ambiental.
Por tanto, es preciso que otros países con sus gobiernos se unan a la decisión de China, porque el combate contra el cambio climático es una acción común de la humanidad en fiel armonía con la Naturaleza.
El propio presidente de China Xi Jinping enfatizó en la cumbre de París que los acuerdos adoptados en ese foro climático no son un destino sino nuevo punto de partida.