Fernando Martínez Heredia: para decir Revolución sin lágrimas

Editado por Bárbara Gómez
2017-06-12 22:13:36

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Imagen tomada de Web RRebelde

Por Andrés Machado Conte / JRebelde

Despuntó la aurora con la noticia del deceso del ensayista, investigador, historiador y filósofo cubano Fernando Martínez Heredia. Y como dice el cantor, murió como vivió: consecuente, profundamente radical, leal a ideas y principios a pesar de golpes y de incomprensiones.

Creó foros de pensamiento crítico con el riesgo de parecer blasfemo, y fundó cátedras cuando hablar de Antonio Gramsci era casi una herejía.

Vital, utilísimo, pero sobre todo puro, se despide Fernando Martínez Heredia. Como hombre que apuesta a la emancipación humana, a la lucha como ruta y no como moda, fue un admirador convencido de Marx, de Engels, de Lenin. En su condición de pensador de estas tierras de lo real maravilloso, entendió desde el principio aquella verdad de Mariátegui: el Marxismo precisará en las Américas creación heroica.

Y en ese camino, Fernando Martínez Heredia fue un destacado investigador del mester y del heroísmo de Julio Antonio Mella, de Rubén Martínez Villena, de Antonio Guiteras Colmes, de Ernesto Guevara de la Serna, y del imprescindible, batallador y redivivo, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Pedagogo irremediable, Fernando Martínez Heredia aún transita en la prioridad de instruir, pero sobre todo sensibilizar. Cada proyecto suyo, comprensible y transparente, resulta un capítulo de complejidad donde aparecen el evangelio vivo de Martí, El Capital de Marx, El Estado y la Revolución de Lenin, Teología del cautiverio y de la liberación de Leonardo Boff, y el Mini-manual del guerrillero urbano, de Carlos Marighella.

En cada prueba de pensamiento en estas horas de tanta bruma ideológica, Fernando Martínez Heredia compartía la lumbre y persuadía la necesidad de ejercitar el intelecto, de no dejar de combatir. Louis Saint-Just decía que solo la tumba es el descanso verdadero del revolucionario.

El aserto de más de 200 años se me ocurre ahora inexacto en la muerte del Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2006. Repartido para siempre desde este amanecer, Fernando Martínez Heredia deviene soldado y poeta en la guerra de pensamiento de su pueblo.

 



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