Por Rolando López del Amo
Otro año más celebraremos este 20 de octubre el Día de la Cultura Nacional Cubana. Es la fecha en la que se cantó por primera vez, en Bayamo, lo que hoy es nuestro himno nacional.
La fecha estaba precedida por un acto, diez días antes, que abriría el camino de la justicia social y la integración, en igualdad de derechos, a la población negra de Cuba víctima de la esclavitud.
Como acertadamente señaló el historiador Jorge Ibarra, fue durante la guerra de independencia que se inició entonces y que duró diez años, que los distintos ingredientes del mestizaje que es la nacionalidad cubana mezclaron su sangre generosa en un gran objetivo común.
Por supuesto que la acción justiciera de Céspedes al igualar en derechos a antiguos amos y sus esclavos sería ,solamente, el primer paso hacia un largo camino de integración que José Martí, en su artículo Mi raza, definió al afirmar que cubano es más que blanco, que mulato y que negro, porque hombre es más que blanco, mulato o negro.
Claro que Martí sabía que los prejuicios en las mentes de los hombres tardan más en ser eliminados y , hasta las revoluciones sociales profundas, como la que Martí propugnaba y la que triunfó el primero de enero de 1959, tienen que seguir batallando para eliminar los residuos de siglos de ideas establecidas como normas.
Pero si hay ocasiones que demuestran cuan poderoso es el sentimiento de la nacionalidad cubana son las circunstancias difíciles a enfrentar y vencer. El reciente ejemplo del paso devastador del huracán Irma puso en pie al país en abrazo solidario de un extremo al otro de nuestra geografía. Y eso le confiere, a la celebración del Día de la Cultura Nacional este año, una característica diferente. Es un día de gran unidad nacional.
Hay que decir que el sector del trabajo cultural se ha puesto al servicio del esfuerzo de restauración y extendido su presencia a los rincones más afectados de la población, como es su tradición patriótica y solidaria.
Junto a los desafíos de la naturaleza estamos enfrentando también el desafío político del pensamiento más reaccionario de los EEUU, opuesto, desde el gobierno de ese país, al proceso lento y difícil de normalización de las relaciones bilaterales iniciado por la administración del presidente Obama.
El disparatado presidente Trump -que gusta de poner al mundo al borde del desastre-, empleando argumentos absurdos y falsos, trata de destruir todo lo que se ha logrado a favor de la convivencia civilizada entre Cuba y los EEUU. Sus medidas más recientes afectan intereses legítimos de ambos pueblos y provocan sufrimientos innecesarios a las familias cubanas que residen a ambos lados del estrecho de la Florida y a todo el pueblo cubano con el recrudecimiento del bloqueo económico, financiero y comercial.
En estas condiciones nos toca celebrar este año el día de la cultura nacional.
En Octubre rendimos tributo nacional a la memoria del Che y acercamos los restos del padre de la patria y el de la madre de todos los cubanos, Céspedes y Mariana, a los de Martí y Fidel, símbolos cimeros de la misma revolución por la independencia nacional y la justicia social en distintas etapas, de la última de las cuales también el Che forma parte. Ellos son la expresión cimera de cientos de miles de combatientes anónimos de todo el país que entregaron sus vidas al servicio de la nación y de la humanidad. En su honor son estos versos
Una bandera
Día de sol radiante y cielo claro
para rendir honores merecidos
a cuatro grandes entre los caídos
que pan de vida son y luz de faro
La patria que anhelamos, a su amparo
forjamos entre todos, bien unidos
frente a los que nos quieren divididos
para darnos la muerte de un disparo.
Hoy más cerca que nunca, reunidos,
están los restos de los fundadores,
vencedores de todos los olvidos
Santa Clara, Santiago, Cuba entera
guarda en su tierra mártires y honores.
De Maisí a San Antonio, una bandera.
A las agresiones del señor Trump y la mafia que representa le respondemos con la letra de nuestro himno nacional, listos para todos los combates, porque no volveremos a vivir en cadenas y sabemos que morir por la patria es vivir.