Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, en la XV Cumbre Ordinaria del ALBA-TCP, efectuada en Caracas, Venezuela, el 5 de marzo de 2018.
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)
Compañero Nicolás Maduro Moros, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela;
Estimados Jefes de Estado y de Gobierno;
Estimados Jefes de delegaciones e invitados:
Este 5 de marzo, día en que conmemoramos el quinto aniversario de la partida física del Presidente Hugo Chávez Frías, fundador junto a Fidel del ALBA, mis primeras palabras van dirigidas a reafirmar nuestro homenaje a su obra y a su ejemplo y la invariable lealtad a su legado.
Hoy, el ALBA tiene como tarea estratégica e impostergable la defensa mancomunada de la República Bolivariana de Venezuela.
La amenaza militar, la hostilidad y la agresión económica del imperialismo estadounidense contra Venezuela; la acometida neoliberal para revertir las conquistas sociales; la injerencia contra la soberanía de gobiernos progresistas, los intentos de desmontar los progresos en la integración de la América Latina y el Caribe, desestabilizan la región y plantean peligros a la paz y seguridad regionales.
Estados Unidos, desde 1999 cuando el Comandante Hugo Chávez llegó a la Presidencia, y aun más cuando lo hizo el compañero Nicolás Maduro, ha recurrido a métodos propios de la guerra no convencional, con el propósito de doblegar a este país, dueño de inmensas riquezas codiciadas por el imperialismo.
El presidente Donald Trump acaba de renovar la orden ejecutiva que declara a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos.
Las amenazas contra la paz y la estabilidad en Venezuela representan también una amenaza a la estabilidad y la paz regionales.
Algunos parecen haber olvidado las lecciones del pasado, los crueles años de las dictaduras militares, del impacto del neoliberalismo, que intentan reinstaurar las nefastas consecuencias que tuvieron para nuestra región las políticas de chantaje, humillación y aislamiento que, como entonces, tienen en Estados Unidos a su principal articulador.
Nos anuncian abiertamente la plena vigencia y relevancia de la Doctrina Monroe que proclama la supeditación colonial a los gobiernos y las corporaciones de Washington y que, como advirtiera Bolívar, plagó de dolor y miseria a Nuestra América en nombre de la libertad.
Vuelven a subestimar a nuestros pueblos.
Proclamamos el invariable respaldo a la Revolución Bolivariana y la unión cívico-militar de su pueblo, conducida por su presidente, compañero Nicolás Maduro Moros.
Condenamos las medidas coercitivas unilaterales y la injerencia externa contra el proceso bolivariano y chavista que amenazan la paz y el diálogo entre venezolanos, con propósitos desestabilizadores, y generan penurias a su población.
Cese la agresión económica contra Venezuela para que su pueblo pueda disfrutar los derechos conquistados por su Revolución.
Rechazamos la exclusión del presidente Nicolás Maduro de la VIII Cumbre de las Américas. Esta ilegal decisión es inaceptable e injerencista, a la vez que retrotrae el hemisferio a etapas que parecían superadas.
Las exclusiones no contribuyen en lo absoluto a la paz, al diálogo ni al entendimiento hemisférico.
Es inadmisible que un grupo de países, sin derecho ni mandato, pretenda hablar por la región y sirva de instrumento para la agresión a un miembro de la familia latinoamericana y caribeña, utilizando como pretexto una supuesta ruptura del orden democrático, precisamente en un país que ha desarrollado más de veinte procesos electorales y convocado ahora elecciones presidenciales, tal como se le reclamaba antes, incluso mediante métodos violentos.
¿Por qué no se denuncian los golpes de Estado encubiertos, las masacres, las desapariciones forzosas que sufren pueblos de la región?
No le reconocemos tampoco a la desprestigiada Organización de Estados Americanos autoridad moral alguna para dar lecciones de democracia, gobernabilidad o constitucionalidad.
Se violan los postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en la II Cumbre de la CELAC, en La Habana, y se evade el estricto cumplimiento de la obligación de no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado y observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos.
La única solución a los problemas de los venezolanos está en manos de los propios venezolanos.
Estimados compañeros:
Hablo en nombre de nuestra Revolución y de nuestro pueblo, como lo hará mañana desde esta posición cualquier otro patriota cubano que siempre sabrá, como lo creyó Fidel, que “no tienen porvenir nuestros pueblos sin la unidad, sin la integración”.
Bolívar y Martí, Fidel y Chávez nos legaron enseñanzas invaluables, entre ellas la lealtad a los principios.
Sus lecciones nos muestran el rumbo a seguir en esta hora decisiva de la Patria Grande, que nos reclama unidos para forjar juntos nuestra segunda y definitiva independencia.
Muchas gracias (Aplausos).
(Tomado de la ACN)