Por Lorenzo Oquendo
Durante estos tiempos, científicos que observan y estudian el proceso de incremento del calentamiento global asumen la tendencia de mitigar los gases de efecto invernadero procedentes de la quema de combustibles fósiles, e incluyen la posible captura de esas nocivas emanaciones a la atmósfera con aplicaciones tecnológicas y almacenarlas para enfrentar el cambio climático.
Realmente el principal objetivo no es capturar gases de efecto invernadero y almacenarlos, sino evitar su proliferación con menor uso energético a partir de fuentes de petróleo en las grandes industrias del mundo donde se debe priorizar el cumplimiento del acuerdo adoptado en la capital de Francia el 2015 para que el aumento de la temperatura del planeta esté por debajo de los dos grados centígrados y mucho mejor en grado y medio.
El problema está en que el tiempo como se conoce es inexorable, continúa, y por tanto es necesario recordar la ratificación del acuerdo de París en aquella cumbre climática donde se precisó a los países firmantes presentar planes nacionales destinados a recortes de emisiones de gases de efecto invernadero en el plazo menor posible, porque de otra manera se llegará al período entre el 2020 y 2030 con la situación del calentamiento global sin ninguna disminución térmica.
Entonces no es capturar y almacenar, sino retirar las emisiones contaminantes a la atmósfera para llegar al final del siglo con menos de dos grados centígrados en el ambiente calórico del planeta. De eso se trata.
Y más aún. Las inversiones para esas tecnologías de captura de gases que son de alto financiamiento seguramente, deben emplearse mejor en el desarrollo de fuentes renovables de energías que de aplicarse convenientemente resultará de mayor objetividad técnica, además de económica para el enfrentamiento al cambio climático y a la quema de carbón.
Esas fuentes como la solar fotovoltaica y eólica pueden desarrollarse con tecnologías que se aplican en muchas regiones del mundo para proteger el entorno ambiental de todos, porque no es de ninguna manera individual, pues la situación actual contaminante de la Naturaleza está vinculada directamente con la Humanidad.
El estudio de esta situación debe convertirse en apremiante con ideas precisas de la realidad existente en estos tiempos de vertiginosos eventos atmosféricos de tormentas, huracanes, tornados y otros que aunque no directamente relacionados afecta a los pueblos como la situación de Guatemala con el Volcán de Fuego y sus millonarias y lamentables víctimas. Esperemos.