Por Maylín Vidal
Buenos Aires, 17 nov (RHC) Cuando la esperanza se acababa, como un milagro, los argentinos amanecieron este sábado conmocionados por el hallazgo del submarino ARA San Juan, desaparecido hace exactamente un año y dos días.
En una nota, el Ministerio de Defensa y la Armada Argentina informaron que dio positivo el objeto identificado por un buque de la empresa estadounidense Ocean Infinity, mediante la observación realizada con un ROV (vehículo de observación remota).
El submarino fue localizado a 800 metros de profundidad y a unos 600 kilómetros de la ciudad de Comodoro Rivadavia.
Estaba en el área uno de búsqueda, donde se detectaron las primeras señales de alarma del submarino pero los primeros barridos no lo habían detectado.
En los cintillos de todas las planas de la prensa Argentina, la televisión y en twitter solo se hace referencia a la noticia, mientras muchos argentinos se solidarizan con los familiares de los 44 oficiales que viajaban en el ARA San Juan, que prestaba servicio a la Armada desde 1985.
La mole de hierro sumergible, fabricada en Alemania, fue buscada durante los primeros días en un megaoperativo desplegado con lo más novedoso de la tecnología, que convocó a 15 países para esa operación.
Sobre las posibles hipótesis solo había trascendido la información de la embajada de Austria en Buenos Aires, que registró un evento anómalo singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión, tres horas después de que el submarino perdiera el contacto.
Este sábado el buque Seabed Constructor emprendía ruta hacia el lugar y, embargado por las emociones, Luis Tagliapietra, padre del oficial Alejandro Damian, miembro de la tripulación del ARA San Juan, declaró a la prensa que iban a verificar un nuevo contacto.
Tagliapietra, abogado querellante en el caso y uno de los veedores que viajaba a bordo del Seabeb, no quería hacerse ilusiones pues ha vivido días duros en esta búsqueda incesante, mirando todos los días las aguas con la esperanza de encontrar a su hijo.
"Haré lo que pueda, no es nada fácil para mí", dijo la víspera este padre guerrero, quien antes de emprender el viaje se le vio en un conmovedor video corriendo, practicando, para esta tarea compleja.
"Acá estoy hijo, entrenando a full para irte a buscar, dejaste todo por estar donde estás, por nosotros, yo hoy doy todo y dejo todo por ir a buscarte. Te voy a encontrar pa, espérame por favor, no importa que haga frío, que llueva, que sea lo que sea, voy a buscarte, te voy a encontrar y vamos a saber que pasó", expresó en septiembre, cuando se reiniciaba la búsqueda.
Tagliapietra, al igual que otros familiares nunca perdió la fe y, como expresó, sabía que tenía que agotar todas las posibilidades porque no iba a estar tranquilo hasta saber que pasó con él y sus compañeros.
¿Qué ocurrió exactamente el 15 de noviembre de 2017 cuando la mole de hierro regresaba de Ushuaia a su apostadero habitual de Mar del Plata?.
Esa es la pregunta que ahora podrán encontrar respuestas los padres, hermanos, hijos, que dieron dura batalla para que el Gobierno argentino le pagara a una empresa que pudiera reanudar la búsqueda aunque ahora viene otro paso complejo, tratar de sacar a la mole de hierro de las profundidad.
En estos meses los familiares han pasado momentos muy dramáticos, discusiones en la comisión bicameral, escuchar testimonios, hacer huelga día y noche frente a la Casa Rosada para que el Gobierno contratara una empresa, manifestaciones múltiples, de todo.
Entre el dolor y las dudas, los familiares comienzan a trasladarse ahora hacia el apostadero del submarino en la ciudad bonaerense de Mar del Plata, el mismo lugar donde pasaron día y noche con la esperanza de que apareciera.
"En este momento tengo todo revuelto. Es lo único que sé. Vienen un montón de incógnitas ahora", declaró una de las desesperadas esposas que hoy tiene que volver a respirar para poder digerir lo que esta sucediendo. (Fuente: PL)