Por Adys Cupull y Froilán González
La Habana, 25 mar.-Desde 1920, con 17 años de edad Julio Antonio Mella viajó a México, interesado en ingresar en el Colegio Militar de San Jacinto, de la capital de ese hermano país. Sorprenden las anotaciones que hizo en sus crónicas de viaje. En ellas reflexionó sobre la imperiosa necesidad de liberar a los pueblos de las “garras del águila imperial,” se refería a Estados Unidos. En ese año escribió las notas de un pensado Diario, donde plantea SU IDEARIO DE LUCHA CONTRA EL IMPERIO. Inicia el combate que libró hasta su muerte.
Son significativos los escritos de Mella contra la celebración en Cuba de la VI Conferencia Panamericana, 1) que se desarrolló desde el 16 de enero de 1928, hasta febrero, en la Universidad de La Habana. Hubo amplios debates, y oposición de los representantes de varios pueblos latinoamericanos a las imposiciones de Norteamérica que mantuvo su estrategia para la ocupación de territorios y arrebato de la independencia de nuestros pueblos, propósito que Mella desenmascaró desde México, donde se encontraba durante el exilio 1926-1929.
Sus artículos sobre el Panamericanismo adquirieron tal fuerza y respaldo que Irritó a los que desde el Norte revuelto mantenían en el poder al corrupto y sanguinario Gerardo Machado, que fue reelegido con elecciones fraudulentas. Ese año el dictador fraguó nuevos planes, para el asesinato del joven en la ciudad de México, y para ello apeló a delincuentes cubanos, algunos residentes allí.
Uno sus escritos Mella no cesó en su lucha contra la injerencia de los Estados Unidos en los países latinoamericanos. Hay dos que se refieren a la Conferencia Panamericana, publicados en el periódico El machete, el primero, el 3 de diciembre de 1927, firmado con el seudónimo de Cuauhtémoc Zapata.
Lo tituló: ¿Habrá voces de libertad en el congreso de la Habana? Y como subtítulo: El proletariado no espera nada bueno del panamericanismo “agringado”.
En el texto califica a Machado de “Mussolini tropical de opereta” y dice que bajo su hospitalidad tendría lugar en la ciudad de La Habana el Congreso Panamericano; pero que ningún observador de la política internacional de la Casa Blanca podía tener fe en la Unión Panamericana, patrocinadora de esa reunión.
Acusó a la Unión Panamericana de querer aplicar y hacer realidad la interpretación arbitraria que a la Doctrina Monroe le dan los secretarios de Estado de Washington. Afirmó que la Unión presentaba todos los caracteres de una embrionaria estructura política para el imperio norteamericano que a golpe de dólares forjan los financieros estadounidenses. Refirió que no era el lugar para hacer historia de la Unión Panamericana. Pero que todos los pueblos sabían que nunca había servido a los intereses nacionales legítimos de la América Latina, sino a los imperialistas de los Estados Unidos.
Rememoró la Conferencia de Chile, donde la actitud de la delegación extraoficial de la República Dominicana irrumpió en el Congreso, y se hizo oír, y acusó a los Estados Unidos de haber asesinado, robado y saqueado en Santo Domingo.
En este artículo señaló: “Lo que más llama la atención es la forma despótica de imponer un programa adecuado a sus intereses, que ha utilizado el gobierno de los Estados Unidos. También la creencia de que la Liga de las Naciones había sido invitada, provocó declaraciones biliosas de la Cancillería yanqui. (sic)
“El estudio de las fuerzas que pueden existir en este congreso podría
dar una idea de sus resultados. La fuerza mayor que aparece es la de los Estados Unidos imperialistas, como es natural. No es solamente la delegación de Fletcher y Hughes, la visita de Coolidge* y el “prestigio de su Gobierno”, como dice un diario de Cuba, lo que constituye esa fuerza, sino todos los gobiernos latinoamericanos, que son simples instrumentos del capital estadounidense en la América Latina. Estos forman el bloque más fuerte. En segundo término, habrá que presentar el bloque de las naciones con gobiernos no absolutamente controlados por el imperialismo, que desean buscar en esa reunión una protección contra los atropellos constantes del Gobierno de Washington. A este grupo pertenece el Gobierno de México, que con el de Santo Domingo, trata de presentar, según las noticias de la Asociación de Política Internacional, una proposición para que en el futuro no se pueda ocupar ninguna parte del territorio nacional por nación extranjera. La tercera fuerza dentro de la conferencia de La Habana estará representada, probablemente, por la Argentina y los aliados del imperialismo inglés, … que son los que adoptan frecuentemente actitudes “antiimperialistas” y “nacionalistas” en contra del imperialismo rival: el yanqui.
“¿Lograrán presentar sus proposiciones los delegados mexicanos y dominicanos? Ya se anuncia que están “fuera de programa y que se realizan fuertes movimientos diplomáticos para impedir la discusión de materias políticas...
“¿Será la asistencia a la reunión panamericana un nuevo paso hacia adelante y dos hacía atrás, como lo fue el litigio petrolero? El próximo mes de enero se sabrá. Pero las masas de la América Latina han de saber que solamente en la lucha activa contra el imperialismo, exigiendo la retirada de las tropas yanquis de Nicaragua y de Haití, la revisión de los tratados injustos y estableciendo la más activa solidaridad entre los obreros y campesinos del continente, se podrá vencer revolucionariamente al imperialismo. 3)
CUAUHTÉMOC ZAPATA
El Machete, Num.91,
3 de diciembre de 1927
Notas
1-Es el VI Congreso Panamericano de diez que fueron organizados por Estados Unidos desde 1890 a 1938, para someter a los gobiernos latinoamericanos e imponer su política e injerencia.
2-Colvin Coolidge, presidente de Estados Unidos quien desembarcó en La Habana el 15 de enero de 1928
3-Tibol Raquel “El Machete” Casa Editora Abril 2007. P.206-208
4- Julio Antonio Mella. Documentos y Escritos. Ob.cit. pp. 328-329-330
Continuará