Por: Nicanor León Cotayo.CubaSí.
La Contraloría de Venezuela anunció este jueves que inhabilitó a Juan Guaidó durante 15 años para ocupar cargos públicos en esa nación suramericana.
¿Motivo? Su sistemática violación de la Constitución hasta las demás normas existentes que rigen ese país.
Como es sabido, Guaidó, siguiendo órdenes emanadas desde el Norte, se autoproclamó presidente de Venezuela, aun cuando en sus procesos electorales no ha ganado ni un puesto de concejal.
De inmediato, una corriente en la que se mezclaron burlas, indignación y sarcasmos recorrió el país, el continente y otros lugares del mundo.
Sin embargo, Washington lo incorporó a su grueso arsenal de maquinaciones de todo tipo dirigidas a sabotear y destruir a la Revolución Bolivariana de Venezuela.
En ese camino han pisoteado todas las legalidades del orden internacional, y actuado como típicos delincuentes asaltantes de camino.
No obstante, para no dejar ninguna duda de hasta dónde están dispuestos a llegar, en medio de brutales ataques al sistema eléctrico nacional, Donald Trump recibió a la esposa del «autoproclamado».
El propio mandatario estadounidense, junto a sus íntimos colaboradores, Mike Pence, John Bolton, Elliot Abrams y Marco Rubio, ha revelado sus muy agresivos planes, incluida una agresión militar.
Minutos después, Guaidó repitió y obedeció todo lo dicho por ellos.
En estas circunstancias, se añaden más de 91 viajes internacionales y nacionales, alojamiento en hoteles de lujo, así como el ocultamiento de otros fondos sin justificación.
¿Qué han dicho medios ultraderechistas al respecto?
De manera frívola, han proseguido su labor de quinta columna en nombre de la libertad.
Nunca como en estos momentos se había hecho tan evidente que el sector neonazi de la oposición lanza sus zarpazos, más que contra los chavistas, directamente contra la mayoría agradecida que los sigue.
El ratoncito Guaidó, «herido» y en posible camino al abandono, enciende velas para que su esperanza de una salvación gringa llegue a concretarse.
Estamos en presencia de otro importante capítulo del proceso venezolano, no del final de su historia.