Este martes se dio a conocer un nuevo estudio, de la Universidad de Pennsylvania, en la revista JAMA, donde se comparan imágenes del cerebro de personal diplomático estadounidense que reportaron afectaciones cuando estaban en La Habana con las de un grupo de personas control.
El estudio concluye que hay diferencia en las imágenes cerebrales de los diplomáticos y los controles. Este trabajo es la continuación de un artículo que describe el cuadro clínico de esos diplomáticos en esa misma revista, en marzo de 2018.
El artículo no permite llegar a conclusiones científicas claras. Podría decirse que el cuadro de resultados médicos es más confuso y contradictorio, más aún que las numerosas críticas de la comunidad científica internacional, las cuales no se han respondido satisfactoriamente.
No demuestra, contrario a lo que se ha especulado, y lo que se planteaba en el artículo anterior, que se había producido un daño cerebral en un grupo de diplomáticos durante su estancia en Cuba.
En opinión de los expertos cubanos, la única forma de esclarecer el estado de salud de los afectados es mediante la discusión científica transparente y los intercambios de información diáfana y desprejuiciada.
Aunque no es usual comentar con tanta celeridad sobre un artículo científico, dada la repercusión mediática que ha tenido este y para prevenir interpretaciones erróneas, Granma publica los criterios preliminares del grupo de expertos:
1-Los propios autores del trabajo reconocen que el estudio no es concluyente y no tienen explicación para sus hallazgos.
2-Los cambios descritos son pequeños, muy diversos, abigarrados, difusos, y no se corresponden con un cuadro coherente. Esto no es solo opinión del grupo médico cubano, sino de expertos reconocidos en el tema de neuroimágenes, que ya han declarado que no tienen consistencia interna estos resultados.
3-Es frecuente que en los estudios de neuroimagen, como en otros campos médicos, se encuentren pequeños efectos obtenidos en muestras pequeñas que no son replicables. Pueden originarse por el azar. Algunos de los cambios fueron ligeramente hacia lo anormal, pero otros ligeramente hacia lo hipernormal.
4-No se muestran en el trabajo el grado de superposición de los datos de los dos grupos.
5-Las diferencias entre diplomáticos y controles, de existir, pueden deberse a cómo se seleccionó el grupo control. Cualquier enfermedad preexistente en un grupo de los diplomáticos que estuvieron ausentes en los controles (y viceversa) podría dar origen a una diferencia en las imágenes.
6-Las medidas de redes de conectividad funcional utilizadas son muy inespecíficas y se alteran por el estado sicológico de la persona, según reconoce el propio artículo y la comunidad científica.
7-No hay relación discernible entre las alteraciones descritas en las neuroimágenes y los síntomas referidos de los diplomáticos.
8-No hay correspondencia entre los resultados de este artículo y el trabajo anterior. Por ejemplo, en el artículo anterior del mismo grupo investigador de la Universidad de Pennsylvania, se describían alteraciones de las funciones ejecutivas en pruebas neurosicológicas. En este trabajo no se encuentran alteraciones de conectividad funcional en la subred ejecutiva.
9-Las alteraciones en las neuroimágenes, de existir, pueden haberse originado antes de estar en Cuba o por una enfermedad sin relación ninguna con los fenómenos «direccionales» de sonidos extraños y otras sensaciones descritas por los diplomáticos.
10-A pesar de que en el título se hace referencia a unos llamados «fenómenos direccionales», en el trabajo no se demuestra ninguna relación entre los hallazgos de las imágenes y estos supuestos fenómenos. Esto tiene importancia, dado el descrédito generalizado en la comunidad científica de las teorías de ataques sónicos o de microondas.
Como expresó el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, «no existe la más mínima evidencia o explicación científica que sustente actos deliberados contra diplomáticos en La Habana. Lo publicado por jama lo confirma».
Fuente: En nombre del Comité de Expertos de Cuba, estos argumentos fueron presentados este martes, en conferencia de prensa en el Minrex, por el Doctor en Ciencias Mitchell Joseph Valdés-Sosa, director general del Centro de Neurociencias de Cuba. (Tomado de Granma).