Por: Dairon Caballero Heredia y Yaimara Becerra
“La mayor satisfacción está en la contribución que hacemos a la felicidad de las personas”
Luis Darío Martos
Faltan 10 años para el 2030. Salvar el planeta late como motivo para pensar en “una década de acción”, de cambios en favor del futuro. Se multiplican los desafíos para lograrlo. Los retos obligan a cultivar voluntades, sumar esfuerzos de todos, no de unos pocos.
Cumplir con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, establecidos desde el 2015, se alza como posibilidad para transformar un mundo estremecido por el dolor, para dibujar un rostro diferente en donde la pobreza, el hambre, las guerras, desigualdades, la contaminación ambiental tratan de crear imperios y desterrar la esperanza.
Ante esta realidad en convulsión, herida, con sus venas abiertas, esperando de soluciones efectivas, la sosteniblidad de la paz y la prosperidad, a veces, parecen vestirse de imposible.
Sin embargo, cuando en el corazón de una comunidad de Cuba, descubres una Granjita, en donde la felicidad se cultiva y crece, la confianza en un mejor amanecer recibe dosis de aliento, motivación para seguir en andares de ensueño buscando referentes.
Granjita Feliz: con paso 20-30
“Todos tratamos de disfrutar la felicidad desde lo que cada uno logra hacer desde su espacio...”
Elizabeth Frómeta
Sumergirte en el maravilloso universo de Granjita Feliz, proyecto comunitario ubicado en el capitalino municipio de Guanabacoa, es un privilegio, uno de los tantos boletos para adentrarse al interior de las localidades cubanas y allí dialogar de frente con la creatividad, la voluntad y apoyo de muchos, con iniciativas, acciones que, desde su pedacito de nación, dan rostro a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Desde octubre de 2013, Elizabeth Frómeta, de formación veterinaria, y su esposo, el abogado Luis Darío Martos, en un edificio multifamiliar, convirtieron 25 metros cuadrados a 7 metros de altura, en un santuario para la felicidad, en el cual además de tener plantas, criar conejos, abejas de la tierra, polinizadoras por excelencia, codornices y aplicar la lombricultura, cultivan un producto importante para todos: bienestar.
Explican sus creadores que luego de recibir la Primera Corona de Excelencia entregada por el Grupo Nacional de la Agricultura Urbana, Sub-urbana y Familiar nació esta iniciativa, con la idea de "enseñarle a las personas que desde un pequeño espacio dentro de la localidad, se puede ser productivo”.
Se comenzó así en la Granjita a tejer grandes sueños en favor de su comunidad. A partir de entonces, ellos, defensores de la armonía con la naturaleza, emprendieron un viaje con paso transformador, tratando de llegar a cada parte del tejido social con su iniciativa integral.
Este proyecto, resultado de la voluntad sin descanso, se enfoca en potenciar, el desarrollo de la cunicultura cubana, la educación y gestión medio ambiental, la agrobiodiversidad, las medidas y acciones para mitigar el impacto del cambio climático, la promoción de la agricultura familiar urbana en áreas reducidas y se caracteriza además por fomentar una adecuada calidad de vida y los más autóctonos valores de la cultura cubana.
Tiene como prioridad también contribuir al mejoramiento de los suelos, al desarrollar y fortalecer la lombricultura, así como la producción de abonos y fertilizantes orgánicos.
Granjita Feliz en 7 años de existencia ha trabajado, con paso 20-30, siguiendo el principio de inclusión. Sus acciones implican a todos los grupos etarios , profesiones y el respeto a las religiones, lo cual nutre y da fortaleza mediante las experiencias de las personas que participan: médicos, costureras, discapacitados físicos, intelectuales y sensoriales.
“Entre nosotros tiene que prevalecer la felicidad, solidaridad y amor que son valores potentes dentro de Cuba, eso es lo que potencia Granjita, enseña a disfrutar lo que se tiene” expresó Lisi, como cariñosamente es conocida Elizabeth, una mujer de motivaciones que atrapan.
Unidos por ti, “sueños conquistados”
"Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad".
José Martí
Granjita Feliz, ha dejado de ser un lugar, para convertirse en un modo o filosofía de vida. Ha crecido, con un corazón que convoca con cada latido. Más de 17 acciones fortalecen el andar de esta gran familia y trascienden los espacios de cría y cultivo, así como los de la comunidad.
Otra obra que entreteje emociones y llena de sensibilidad es “Unidos por ti”, actividad humanitaria que desarrollan desde hace más de 5 años, para darle una mano amiga a familias con niños, adolescentes y jóvenes enfermos de cáncer.
En los municipios de Guanabacoa, San Miguel, el Cotorro y Regla, mensualmente estos hacedores sueños donan una canasta de alimentos con cerca de 100 libras de vegetales, viandas, hortalizas, cárnicos, lácteos y otros productos que se obtienen mediante la fiel y permanente contribución de más de mil agricultores, cuentapropistas y otras personas interesadas en ser parte de este acto multiplicador de sensibilidades.
Al mes de iniciada la acción en Guanabacoa, lograron, extenderlo para atender a los niños del municipio Regla. A los 14 meses llegaron hasta los 43 niños con cáncer del municipio San Miguel. Después a los 13 menores con cáncer del municipio de Cotorro, territorio en el cual las autoridades locales han asumido esta acción de forma completa debido al legado que dejó Granjita Feliz.
Patricia Su Olbera, de 20 años de edad, fue de las beneficiaras de la acción “Unidos por ti” y reconoce que Granjita Feliz cambió su vida totalmente, le mostró un mundo nuevo lleno amor, alegría, de facilidad para relacionarse. Ella agradecida permanece colaborando y hoy opta por la carrera pedagógica.
La entrega de la donación siempre se produce en un intercambio cultural que protagonizan en la Casa de Cultura “Rita Montaner” en Guanabacoa, los integrantes de “Sueños Conquistados”, otra de las razones de orgullo y satisfacción en Granjita Feliz.
Este se ha convertido en el espacio de plena realización artística para personas con discapacidades intelectuales, sensoriales y físicas, entre ellos autistas, síndromes de down y con retraso mental.
“Sueños conquistados,” después de 5 años de trabajo, se convirtió con sus cerca de 20 muchachos en una sólida brigada artística que desarrolla actividades culturales en diferentes instituciones y eventos, en los cuales regalan la plenitud de su felicidad.
Al gran abanico de acciones se suma “Estoy contigo”, que consiste en visita a casas de abuelos, hogares de ancianos y comedores de atención a la familia, Sistema de Atención a la Familia, también iniciativas culturales como el Guateque dominical, creado desde el 2013 o el Taller de Artes Plásticas “Galería de los Felices” ubicado en la peluquería “Estilo”.
Se incluye el huerto en el cual las personas, fundamentalmente, los discapacitados intelectuales, sensoriales y físicas de familias de bajos ingresos consumen los productos que ellos mismos consumen.
Educación de calidad: otro fruto de la Granjita
“Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud”
José Martí
Granjita Feliz, es uno de esos proyectos, que en vínculo directo con la comunidad crece, sobre todo, en motivaciones. Sus acciones responden con coherencia y carácter práctico a varios de los ejes estratégicos del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, aprobado en Cuba hasta el 2030 con el propósito de contribuir a lograr ese mundo mejor tan anhelado.
La contribución a la calidad del sistema educativo de Granjita trasciende por el amplio programa de encuentros que tienen diseñados para fomentar una adecuada calidad de vida y cultivar el conocimiento mediante concursos propios como “Martí y la Naturaleza” y el de “Adolfo Rodríguez Nodal” , dedicados a las nuevas generaciones.
Se destaca también el Taller de Agrobiodiversidad instalado en el huerto “El Garabato” en la comunidad de los Padres Escolapios en Guanabacoa. Allí desde hace 3 años y medio, autistas, síndromes de down y otras personas con discapacidad, realizan diferentes actividades agrícolas, ejercicios físicos y hacen actividades manuales y culturales orientadas a potenciar o desarrollar otras habilidades como pintar, reciclar y cantar.
Hace 2 años también se sumaron a este taller, las escuelas primarias y secundarias básicas, con presencia en grupos y en diferentes talleres y círculos de interés científico-técnico, en las manifestaciones de cunicultura, agronomía, zootecnia veterinaria, arte culinario, elaboración de alimentos, plantas medicinales, plantas aromáticas, así como otras manifestaciones artísticas.
Desde que surgió el proyecto han llegado hasta 27 escuelas primarias, secundarias y técnico en los municipios de Guanabacoa, Regla, San Miguel y Boyero. Es Granjita Feliz una escuela para la vida.
La voluntad engrandece
En Cuba cada comunidad, clave para la sostenibilidad de los sueños
Muchas son las personas que participan y se suman como activistas, que encuentran en esta Granjita de todos, un camino para soñar y realizarse.
En este tiempo las alianzas logradas son parte del abono para continuar cultivando felicidad.
Así lo demuestra esta tropa hacedora de alegrías mediante su vínculo con varias facultades de la Universidad de La Habana, el Centro de Estudios de Educación Ambiental de la Universidad Pedagógica “Enrique José Varona”, Dirección de Cultura Comunitaria de la UNEAC, el Centro de Intercambio de Experiencias y Referencias Comunitarias, entre otras organizaciones e instituciones nacionales.
Aquí “si no eres útil para bailar puedes ayudar a sembrar una planta, pero siempre hay algo que hacer; pero no debemos limitarnos a decir porque no sé o no quiero. El no puedo, no vale en Granjita sino no eres feliz, manifestó” Lisi con ese entusiasmo cautivador .
Para Luis Darío Martos, hombre de pasión paternal, “la mayor satisfacción con Granjita Feliz está en sentir la plenitud de un deber que se cumple de carácter social, una contribución que se hace a la realización de las personas, la entrega de una obra de infinito amor, donde la inclusión es la base de las actividades que desarrollan”.
Granjita Feliz sigue avanzando, sobre todo, con la expectativa de consolidarse y trascender más allá de La Habana y “el anhelo de una sociedad a nivel global abierta y sostenible para la felicidad de los seres humanos por encima de las cuestiones materiales que son las que casi siempre dividen y separa a los hombres”.
Visitar este lugar de maravillas humanas que iluminan con sus acciones, evidencian que en Cuba existe una voluntad que engrandece, una voluntad que desde las más diversas comunidades es fundamental, se levanta como corazón que hace latir con fuerza la posibilidad de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.