Por Zhu Feng, (El Pueblo en Línea)
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, es el oficial más arrogante de la administración de Donald Trump a la hora de atacar a China. Desde que asumió el cargo, Pompeo ha estado atacando a China en numerosas ocasiones.
La identidad política de la derecha republicana, la arrogancia de la élite estadounidense y las ambiciones políticas personales constituyen el "gen político" anti-chino del secretario de Estado.
El ataque de Pompeo contra China es típico de la postura hegemónica de los políticos de derecha estadounidenses. Primero, Estados Unidos siempre tiene la razón y es el "dueño de la verdad", lo que permite la distorsión y la manipulación de los hechos. Segundo, Estados Unidos es el poder más grande del mundo y puede obligar a las organizaciones y al derecho internacional a someterse a las condiciones e interpretaciones estadounidenses. Estados Unidos tiene derecho a abandonar las convenciones, pero otros países "tienen" que respetar el derecho internacional y permitir que Estados Unidos anule las organizaciones internacionales y otros países soberanos.
Cuando el nuevo coronavirus se propagó en Estados Unidos, Pompeo atacó a China con otro "truco": la epidemia de Covid-19 en China. A menudo ha acusado y atacado a China por "ocultar los hechos" y revelar "datos opacos", e incluso ha exigido que China "rinda cuentas" y que el país "pague un precio" por la pandemia.
En un momento crítico como este, cuando los pueblos de China y Estados Unidos están luchando contra la epidemia, Pompeo, como el principal jefe de la diplomacia estadounidense, no dudará en difamar a China creando historias y especulaciones. De esta manera, se puede ver que las personas perspicaces en Estados Unidos se han quedado ciegas.
El 25 de abril, ABC Finance Channel citó a Jessica Ritz, experta en asuntos de China en la Universidad de Cornell, diciendo que la epidemia de Covid-19 ha aumentado la demanda de cooperación entre China y Estados Unidos. Los ataques de Pompeo solo servirán para "antagonizar a China" y socavar las expectativas de solidaridad mundial para combatir este flagelo, dijo.
Los políticos como Pompeo solo actúan sobre la base de prejuicios, odio y agendas personales. En una conferencia de prensa el 22 de abril en el Departamento de Estado en Washington, Pompeo incluso señaló con el dedo a la OMS, acusando a la institución de no revelar datos de manera oportuna y opaca, en violación de los estándares internacionales de salud.
Pompeo mencionó que "China no envió muestras del nuevo coronavirus a países internacionales" y que China "dejó de analizar muestras nuevas y ordenó la destrucción de muestras antiguas". ¿Esto es cierto? Incluso las instituciones de investigación de vacunas en Estados Unidos han dicho públicamente que habían recibido muestras de casos chinos y que, en base a ellas, habían hecho comparaciones y estudios. Las pruebas del ácido nucleico en China se llevan a cabo todos los días.
La OMS ha reiterado en muchas ocasiones que China informó de inmediato el descubrimiento de la "neumonía causada por un virus desconocido" y mantuvo contactos permanentes con expertos de la OMS y organismos pertinentes para la transmisión permanente de datos, a fin de garantizar que otros países obtengan datos de primera mano.
Desde principios de enero, China ha tomado las medidas más firmes, incluido el cierre de la ciudad de Wuhan. Si observamos el caso de EE.UU y la primera muerte oficial el 9 de febrero, fue solo el 13 de marzo cuando el presidente Trump declaró la "emergencia nacional". Durante este período, ¿transmitió Estados Unidos información de manera oportuna, abierta y transparente a la OMS?
Ataca a China con una mano y a la OMS con la otra. A los ojos de Pompeo, parece que la OMS, el mecanismo con la mayor representación de salud pública en el mundo, fue abierto por los propios estadounidenses, y que los estándares estadounidenses deberán ser estándares de la OMS. A los ojos del secretario de Estado, ¿podrán lograr "que Estados Unidos vuelva a ser grande" basándose en la coerción?
Zhu Feng/ Director ejecutivo del Centro de Investigación e Innovación Colaborativa de Nanhai en la Universidad de Nanjing y decano del Instituto de Relaciones Internacionales.