El casi seguro candidato presidencial demócrata, Joe Biden, y su principal rival en la lucha por esa nominación, Bernie Sanders, perfilan una iniciativa conjunta para unir a su partido en torno a una agenda transformadora y progresista para Estados Unidos.
El consenso entre Biden y Sanders incluye la creación de seis comisiones de ocho miembros cada una, que sumaran un total de 48 políticos encargados de perfilar un programa común en seis temas prioritarios: la salud, la inmigración, la educación, una reforma judicial, el cambio climático y la economía. Sanders destacó que el objetivo de esos grupos de trabajo es promover los intereses de la clase trabajadora y una sociedad más justa en medio de la pandemia, al tiempo que destacó la necesidad de que el Partido Demócrata piense y actúe con audacia, y luche para cambiar el rumbo del país. El senador por Vermont elogió a Biden por trabajar con su campaña en la formación de un grupo de grandes pensadores y activistas que pueden y van a unificar a los demócratas, con fines transformadores y progresistas.
Al margen de las diferencias que pueda tener con Biden, Sanders sostiene que hay que hacer todo lo posible para que el exvicepresidente derrote a Trump y ha exhortado al ala progresista demócrata a que apoye al futuro candidato presidencial. A lo largo de las primarias Biden y Sanders expresaron diferencias en torno a una cantidad de temas, pero el exvicepresidente ha hecho concesiones y adoptado políticas que promueve el sector liberal del Partido Demócrata, consciente de que necesita esos votos para derrotar a Donald Trump en los comicios de noviembre. Por ejemplo, Biden aceptó ampliar los criterios para recibir el seguro de salud conocido como Medicare, cancelar las deudas estudiantiles de millones de personas y reformar el sistema que rige las bancarrotas, iniciativas que favorecen Sanders y Elizabeth Warren, otra exponente del ala liberal de los demócratas.
A su vez, Biden destacó que la unidad partidaria es vital para derrotar a Donald Trump en noviembre y sacar al país de una crisis sin precedentes. Para Biden, el equipo bilateral con Sanders en el formato de seis comisiones sobre temas prioritarios de la agenda nacional, será esencial para identificar formas de alentar el progreso de Estados Unidos y no simplemente volver a los tiempos previos a Donald Trump, sino transformar a la nación norteña.
Entre las figuras que fueron convocadas a generar un entendimiento entre las campañas de Bernie Sanders y Joe Biden está la joven legisladora Alexandria Ocasio-Cortez, quien copresidirá con el ex secretario de Estado, John Kerry, la comisión sobre cambio climático de la fuerza de tarea conjunta. De origen hispano, Ocasio-Cortez asoma como una posible mediadora entre los progresistas que apoyaron al senador y los centristas que respaldaron al exvicepresidente, mientras que Kerry tendría del lado de Biden el mismo protagonismo de acercar posturas entre las dos tendencias políticas.
Entre tanto, Barack Obama asoma como otra figura protagónica en la elección presidencial de noviembre, casi ocho años después de ser candidato por última vez. El ex presidente continúa siendo la figura más popular del Partido Demócrata, particularmente entre los votantes negros y los jóvenes. El equipo de campaña de Biden quiere que Obama cumpla un papel altamente visible en los próximos meses, algo así como un copiloto político de quien fuera su vicepresidente durante dos períodos.
De acuerdo con analistas, Biden no sólo quiere la validación personal que le puede dar Obama, sino también restaurar parte del legado del exmandatario, que Donald Trump ha desmantelado de manera sistemática y pretende completar si fuera reelecto en noviembre.
De acuerdo con una encuesta reciente de la Universidad Monmouth, Obama supera en popularidad tanto a Biden como a Trump. El 57 por ciento de los estadounidenses tiene una opinión favorable del expresidente, por encima del 41 por ciento que valora de manera positiva a Biden, y el 40 por ciento a Trump.