por Pedro Martínez Pírez
Confieso que me impactó la noticia que leí este domingo en mi casa de La Habana : “Fallece el médico cubano José Antonio Soto por Covid-19, tras atender a pacientes contagiados”.
Pensé que podía ser un médico cubano integrante de las más de cuarenta brigadas del Contingente Henry Reeve que prestan servicios en varios continentes, pero la fuente, El Nuevo Herald, cómplice de la campaña del gobierno de Estados Unidos para desacreditar la colaboración médica cubana, me sacó de la duda.
José Antonio Soto, natural de Cienfuegos, una de las provincias centrales de Cuba, se estableció en la ciudad de Miami a principios de los años 90, donde falleció el pasado jueves a los 56 años de edad.
Había iniciado su carrera en el hospital Manuel Fajardo de La Habana , revalidó su título en 1998 en los Estados Unidos, y dos años después estableció su consulta privada en la ciudad de Miami.
No tengo otros elementos sobre este médico nacido en Cuba, pero su lamentable fallecimiento en la ciudad de Miami, donde tengo varios y buenos amigos, me hizo recordar a los tres mil médicos que abandonaron nuestro país, en los inicios de la Revolución , alentados por la política de Washington.
Cuba perdió en esa siniestra operación a la mitad de sus médicos y algunos diplomáticos de los primeros años de la Revolución nos dimos a la tarea de conseguir galenos que vinieran a colaborar con la Cuba revolucionaria.
El impacto de la noticia, que no me abandona todavía, es porque a lo largo de todos estos meses de enfrentamiento a la pandemia, dentro y fuera de Cuba, no ha fallecido ningún trabajador cubano de la salud.
Es verdad que el Estado de Florida, con cerca de seis mil muertos, y Estados Unidos, con 147 mil, constituyen lugares no propicios para residir en estos tiempos de pandemia.
Pero la triste noticia del fallecimiento del médico José Antonio Soto, quien probablemente desde hace años adoptó la ciudadanía estadounidense, llegó junto a la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien ha tenido un pésimo desempeño frente a la Covid-19 , de cancelar la Convención Republicana programada para el próximo mes en la Florida.
Son dos noticias que confirman la gravedad de la pandemia en los Estados Unidos.