El historiador de la ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, ha fallecido este viernes, sin embargo, para quien ha forjado con su vida una obra tan valiosa como aquella que hace sentir a la capital de todos los cubanos, tan de ella misma, tan de quienes la habitan y tan de Cuba entera no hay adiós posible.
Su desvelo por encontrar en las calles y edificios de la vieja Habana el secreto del tiempo que no envejece, sino que hace maravillas desde su permanencia histórica, embelleciéndolo, enriqueciéndolo con alma propia, lo convirtieron en un hombre de inmenso quehacer.
Pero Eusebio Leal se dejó iluminar por la humildad y su desvelo por la conservación y restauración del centro histórico de la capital de todos los cubanos llenan de gratitud su viaje a la eternidad. teleSUR le propone conocer cinco aportes de ese actuar incansable para la Patria que tanto amó.
Restauración de La Habana
En 1967 fue designado director del Museo de la ciudad de La Habana, sustituyendo en su cargo a Emilio Roig de Leushenring, del que fuera discípulo. Asumió las obras de restauración de la Casa de Gobierno, antiguo Palacio de los Capitanes Generales y Casa Capitular que concluyen en 1979.
En 1981 se le confirió la responsabilidad de conducir las inversiones de las obras de restauración aprobada por el Gobierno de la Ciudad. Desde entonces, se consagró a materializar el proyecto de sus sueños, participando después en las obras de restauración en la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña y en el Castillo de los Tres Reyes del Morro.
Su quehacer fue determinante para que el perímetro de las antiguas murallas y el sistema de fortificaciones para la defensa de la ciudad de La Habana fuera inscripto en el Índice del Patrimonio Mundial en 1982 con el número 27, conforme a la declaración de la UNESCO.
Director de la Oficina del Historiador de La Habana
Al frente de la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana, dirigió la acciones de remodelación y terminación de 80 obras de patrimonio cultural y 14 hoteles, que rememoran espacios y momentos de la cultura cubana en tiempos diferentes.
Igualmente su impronta aparece en un centenar de instalaciones turísticas y 171 obras sociales, a lo que se añaden 3.092 viviendas para habitantes de la capital cubana, todo ello en un período de diez años.
Orador por excelencia
Poseedor del don de la oratoria, considerado un género literario de gran complejidad por su difícil dominio, Eusebio Leal dejó en este ámbito uno de sus legados más importantes dentro de lo mucho que aportó a su país.
Su prédica constante se ganaba la atención de cubanos y extranjeros que reconocían en ella un abrazo extraordinario entre el conocimiento de un tema y la elegancia del discurso, la belleza del lenguaje y la lógica armoniosa del contenido.
Como pocos en la historia más reciente, Eusebio Leal ha desarrolló la oratoria de modo muy personal que unía lo poético con lo dialéctico. Ha aportado a la Academia y a la tribuna el arte de decir.
Divulgador de la cultura cubana
Poseedor de una vasta cultura que consiguió, incluso, antes de graduarse en la Universidad de La Habana como Licenciado en Historia, y cultivó en el tiempo; su sapiencia era muy apreciada tanto en Cuba y fuera de ella.
Gracias a ella alcanzó la investidura de Doctor Honoris Causa y profesor de Mérito de 20 universidades nacionales y extranjeras; teniendo la oportunidad de impartir conferencias magistrales y académicas en más de 74 universidades en no menos de 45 países.
Su trayectoria como intelectual le permitió colocar la imagen científica y cultural de Cuba en los más importantes espacios académicos de diversas partes del mundo, recibiendo altas condecoraciones en 29 naciones.
Intelectual
Es autor de los libros: Regresar en el tiempo, Detén el paso caminante, Verba Volant, Fiñes, Carlos Manuel de Céspedes, El Diario Perdido de Carlos Manuel de Céspedes, La Luz sobre el Espejo, Poesía y Palabra (I y II), Para no Olvidar (I, II y III), Fundada Esperanza, Patria Amada, Bio-Bibliografía (I, II, III y IV), Legado y Memoria, Hijo de mi Tiempo y Aeterna Sapien.
En estos títulos son notorias la indagación incansable y el rescate permanente de la historia, un viaje al pasado desde el presente que mucho enalteció a la Patria.
Los historiadores afirman que varios de sus libros constituyen un imprescindible legado de una época, ya aparentemente lejana, pero que expresan un mundo de ayer que explica, en cierta forma, el mundo de hoy.
Su obra intelectual constituye un innegable testimonio para el pensamiento vivo de la creatividad presente y futura de Cuba. (Telesur)