Vado de Puerto Mauricio, en el Río Grande, Bolivia. Foto: ACN
Por : Jorge Wejebe Cobo
La Habana, 30 ago (RHC) Vado de Puerto Mauricio, en el Río Grande, Bolivia, es un apartado lugar demasiado insignificante para una historia de tanta traición y muerte que tiñeron de rojo sus aguas con la sangre de los combatientes de la retaguardia de la Guerrilla del Che en la tarde del 31 de agosto de 1967.
Ese día el grupo de la retaguardia, dirigido por el Comandante Juan Vitalio Acuña Núñez (Joaquín), llegaba a esa región en busca del contingente de Ernesto Guevara, del cual se separó el 17 de abril de 1967 por indicaciones del Guerrillero Heroico junto con los combatientes más afectados y enfermos con gran dificultad para la marcha.
El propio Joaquín tenía el cuerpo inflamado por la falta de proteínas, al igual que otros compañeros, también otros miembros del grupo como Tamara Bunke (Tania) y Gustavo Machín (Alejandro) padecían agudas infecciones generalizadas; Octavio de la Concepción (Moro), presentaba una gran depauperación, y Moisés Guevara (Moisés), adolecía de agudos cólicos biliares, entre otros afectados.
La separación fue concebida solo por algunos días para facilitar que la guerrilla con los hombres más sanos dirigida por el Che lograran hacer frente al ejército con más operatividad mientras que el grupo de retaguardia se mantendría en la zona donde se reencontrarían con el resto de los combatientes en lugares previamente acordados para avanzar a otras zonas.
Pero no fue posible cumplir el plan, a pesar que Guevara hizo ingentes esfuerzos por reunirse con Joaquín y su grupo, lo cual resulto imposible por la pésima comunicación entre los guerrilleros y sobre todo la presencia incrementada de soldados en la región; así como las malas condiciones físicas de la tropa de Joaquín.
A finales de agosto la retaguardia llegó a las cercanías de la choza del campesino Honorato Rojas, quien no era un desconocido para los guerrilleros que en marzo lo habían contactado, no obstante el Che lo valoró como alguien capaz de ayudar a la guerrilla en un momento, “pero incapaz de prever los peligros que acarrea y por ello potencialmente peligroso.”
La premonición del Guerrillero Heroico desgraciadamente fue exacta. Rojas había sido detenido por el ejército y lo reclutó para que colaborará como informante a cambio de dinero y la promesa de entregarle tierras, así en su choza inclusive se encontraban soldados vestidos de civil, cuando guerrilleros enviados por Joaquín lo visitaron para pedirle ayuda y sobre todo guiara al grupo por un mejor lugar para cruzar el Río Grande.
De esa forma las fuerzas armadas conocen de la ubicación de los guerrilleros y sus planes inmediatos, por lo que un capitán de la VIII División se reunió con el traidor y acordó que hiciera lo que le pidieron los guerrilleros y los conduzca en la tarde del 31 de agosto al Vado de Puerto Mauricio, donde les tiende una emboscada una compañía armados con fusiles automáticos, escondidos en ambas orillas cubiertas de vegetación.
Rojas cumple las indicaciones y lleva a Joaquín y al resto hasta el lugar de la emboscada y se despide dándole la mano a cada combatiente que enviaba a una muerte segura.
Según la versión más extendida Braulio (Israel Reyes, cubano ) es el primero al agua y lo siguen Walter (Walter Arancibia, boliviano), Moisés (Moisés Guevara, boliviano), el Negro (Restituto José Cabrera, peruano), Polo (Apolinar Aquino, boliviano), Ernesto (Freddy Mayniura, boliviano), Alejandro (Gustavo Machín, cubano), Tania (Tamara Bunke, germano-argentina) y Joaquín, quien cerraba la columna.
Cuando todos se encontraban en el agua, más de 41 fusiles, FAL y M-1 abren fuego y fulminan a la mayoría de los combatientes sin darles tiempo a responder, solo Braulio puede disparar su fusil antes de caer y causó la única baja fatal al ejército.
Tania trató de usar su M-2 pero es alcanzada por un disparo y el río se lleva su cadáver que es encontrado días después corriente abajo y solo El Negro logra salir vivo dejándose llevar por las aguas, pero días posteriores es hecho prisionero y asesinado.
Sólo la tropa toma dos prisioneros para obtener información ya que la orden que tienen es matar a todos los sobrevivientes. Estos fueron los bolivianos Ernest (Freddy Mayniura) y Paco (José Castillo Chávez). El primero no colabora, increpa a sus captores y es asesinado, disparándole primero a los brazos y después a matar…
Para cobrar la recompensa por la muerte de cada guerrillero que establece el mando militar el jefe de la emboscada cambia el lugar de la masacre ya que el Vado de Puerto Mauricio se encuentra fuera de la jurisdicción y pertenece a la IV División y miente en el parte al situar la acción en el Vado del Yeso, imprecisión que se repetiría por años hasta que se determinó la verdad.
Los participantes en la emboscada recibieron como premio un paquete con papel higiénico, sobres, hojas para escribir, un bolígrafo y una lata de leche condensada, mientras que al traidor Rojas le entregaron una pequeña finca y centenares de dólares. Pero su suerte cambia en 1969 cuando es ejecutado por un comando revolucionario.
Desde la Masacre se extendió la leyenda sobre Tania, la única mujer de la Guerrilla, muerta en combate, que la hace aparecer de las brumas de la madrugada de las aguas del río como una joven rubia de largos cabellos rubios que recolecta flores y frutas y camina hacia los pueblos cercanos.
Así quizás fue la única forma que tuvieron los pobladores del lugar para exorcizar el Vado de Puerto Mauricio de su historia de traición y muerte ocurrida en aquel lejano verano de 1967. (Fuente: ACN)