Por: Pedro Martínez Pírez
La pregunta acaba de formularla la Asociación Nacional de Cubanos Residentes en Brasil “José Martí”, luego de conocer que en los días finales de su mandato la administración de Donald Trump ha vuelto a incluir a Cuba en la unilateral lista negra yanqui de Estados patrocinadores del terrorismo.
Recuerda la Asociación de emigrados cubanos residentes en la mayor nación de suramérica que de esa caprichosa lista el presidente Barack Obama, en un claro acto de realismo político, había retirado a Cuba en 2015.
Precisa la Asociación de Cubanos “José Martí” que en junio de 2017, en un acto de politiquería realizado en la ciudad de Miami, el presidente Trump firmó una Directiva Presidencial para las relaciones con Cuba, en la cual se adoptaron drásticas acciones para restringir los viajes y las remesas desde Estados Unidos a la nación caribeña, torpedear las inversiones extranjeras, impedir la llegada de combustibles a la Mayor de las Antillas y perseguir las transacciones cubanas.
Puntualiza la declaración de cubanos residentes en Brasil que en los dos últmos años la administración de Donald Trump adoptó más de 120 medidas de agresión económica y financiera contra Cuba, al ritmo de una por semana, mientras la Casa Blanca destina más de veinte millones de dólares anuales para fomentar programas injerencistas, y otorga otras decenas de millones al financiamiento de transmisiones radiales y televisivas ilegales contra la nación cubana.
La asociación de cubanos martianos se formula otras dos preguntas: No será Trump un evidente terrorista al promover un feroz asalto a la sede de su Congreso, en Washington? No será que él está obstaculizando posibles entendimientos entre el nuevo gobierno de Biden y el de Cuba?
La arbitraria decisión de Donald Trump de reincorporar a Cuba a la unilateral lista yanqui de naciones promotoras del terrorismo, anunciada por el Secretario de Estado Mike Pompeo, uno de sus peones más serviles, ha provocado una repulsa latinoamericana y mundial y ha confirmado la total bancarrota moral y política de la administración que para alivio del mundo abandonará la Casa Blanca el próximo miércoles.
