La Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana celebra este domingo su XXI aniversario de creado. Foto: Archivo/RHC.
La Habana, 14 feb (RHC) La Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana celebra este domingo su XXI aniversario de creado, una iniciativa que proliferó en las distintas instituciones homólogas de todo el país.
En la actualidad, Cuba cuenta con este programa extensionista en todas las provincias y ha beneficiado a cientos de miles personas mayores, a través de aulas urbanas y rurales, promoviendo calidad de vida a través de la educación como factor de envejecimiento activo y saludable.
Han sido 21 años de hermosísima labor en la que han participado como los primeros las propias personas mayores por su participación no solo como cursantes, sino también como educadores voluntarios, de sus coetáneos.
Escribiendo estas palabras me viene el recuerdo de una de las tesinas de aquel primer curso denominada “Y quien me lo iba a decir” cuyo autor abordaba de forma testimonial los cambios producidos en diferentes dimensiones de su desarrollo, utilizando los conceptos aprendidos de los módulos y temas acerca de los procesos psicológicos en la vejez, los eventos vitales, el rol social, medio ambiente y desarrollo sostenible, enfoque de género, tipologías de familias, prevención de salud, sexualidad, derechos y seguridad social, entre muchos otros.
Efectivamente, en épocas anteriores de las personas mayores solo se decía sobre su función en la familia y los cuidados domésticos, sin embrago este tipo de programas dedicados a la actualización cultural siendo ya mayor, permite la re-creación de los conocimientos y de si mismos, de manera que responden a las características de las actuales generaciones de mayores.
Desde hace años en muchos países existen estos programas que no reproducen carreras universitarias, sino que constituyen espacios que garantizan la educación contínua y permanente, en su mayoría adscritos a universidades y con los más disímiles programas o diseños curriculares.
En nuestro caso, el modelo cubano se conforma de acuerdo con las necesidades de los cursantes cubanos, es de carácter gratuito y sus objetivos están encaminados no solo a la superación individual, sino también a la reinserción de los mayores en diversas acciones de la comunidad, como líderes de gestión de conocimientos fundamentalmente de salud y ambientalistas, con una cultura del derecho y participación ciudadana.
Desde la educación como su base se erige el paradigma de gestión de conocimiento gerontológico de las personas mayores enroladas en este programa, esto es, desde su ejemplo personal, ante los miembros de la comunidad, de los servidores públicos y hasta de especialistas que les atienden, constituyendo promotores de cambio del imaginario social tradicional, aun gerofóbico y paternalista sobre la vejez. Educación, seguridad, empoderamiento, liderazgo y transformación conforman dicho paradigma promoviendo conocimientos de salud y del buen envejecer, imagen, despatologización de la edad, derechos, diálogos, tradiciones y espacios de ciudadanía.
Hemos arribado a los veintiún años de existencia con muchos logros cumplidos y con numerosas brechas y desafios. Numerosas jornadas científicas, actividades culturales y actos en nuestra Aula Magna hemos llevado a cabo en cada aniversario, sin embargo, este año en particular ha sido diferente. Cada miembro desde su hogar, y desde hace varios meses, dada la situación sanitaria generada por la pandemia del Covid-19 y por constituir además población de ato riesgo, en caso de contagio.
No se han podido reiniciar las actividades docentes presenciales pero la mayoría de los cursantes logró culminar la elaboración de sus trabajos finales y desarrollar talleres integrativos de los módulos que faltaban.
Un reconocimiento a todos los miembros de esta institución, que aun sin disponer de una plataforma digital y suficientes medios tecnológicos, se encuentra lista para la presentación colectiva de sus trabajos finales, una vez que las condiciones de presencialidad lo permitan.
Diversas han sido las iniciativas y maneras creativas en la realización de las tareas por módulos, comunicación interpersonal por vía telefónica y hasta por grupos WhatsApp, búsqueda bibliográfica, asesoramiento entre unos y otros, apoyos de la familia y mucha solidaridad para avanzar en los temas cuyas clases presenciales no pudieron hacerse.
Y mucha solidaridad entre todos y todas en el transcurso de la pandemia convirtiéndose la Catedra en importante red de apoyo ante las mas diversas vivencias, ansiedades y preocupaciones en riesgo de enfermedad, mas aun siendo mayor y presentar factores de comorbilidad por ser portadores en gran mayoría de patologías que agravan y producen la muerte.
Mucha certeza de ser atendidos ante la posibilidad de contraer la enfermedad y no quedar como personas descartables por la edad, como lamentablemente ha ocurrido en otros países, en el conocido dilema de la ultima cama o trato de misericordia.
Ahora bien, un desafío sin dudas a enfrentar por la Cátedra del Adulto Mayor como entidad educativa en nuestro país, ha de ser la visibilidad de rebrotes de edadismo o viejismo, a través de algunos malos manejos que han tenido familias en la imposición de medidas restrictivas a sus mayores, subestimando sus conductas responsables. Manifestaciones también por parte de los medios en la reiteración de “los abuelitos” y hasta del “pórtate bien” que de conjunto pueden provocar más fragilidad en una segunda vulnerabilidad, ya no con riesgo para la vida, pero si con riesgo para la autonomía y capacidad de decisión.
Nos corresponde retomar las campañas de envejecimiento activo y saludable, los proyectos de entornos amigables y la continuidad en el posicionamiento de mayores niveles de empoderamiento de este sector poblacional.
Las viejas y los viejos constituyen la memoria histórica vida de un pueblo, parte de su patrimonio, con muchas potencialidades de ser y de seguir siendo, para lo cual la educación es justamente la vía idónea para lograr su participación plena, mas allá de las escenas del hogar.
Feliz 21 aniversario, a cuidar de si mismos, de la familia y de la comunidad. Retomaremos nuestras actividades habituales y seguiremos fomentando la figura de “la persona mayor de nuevo tipo” pues no solo se trata de un aumento de la población mayor de carácter demográfico, sino de un cambio de tipo generacional.
A nuevos mayores, nuevos espacios y nuevos escenarios de desarrollo. (Fuente: Cubasí)